El Museo Real de Joyería de Alejandría resaltó, con motivo del pasado Día de los Museos, el tablero y piezas de ajedrez de oro perteneciente al último rey de Egipto, Faruk I (1920-1965).
Se trata de un conjunto único, compuesto por 32 piezas de oro en forma de estatuas de personas y animales, decorada con esmaltes de colores, y con incrustaciones de 425 diamantes.
La dirección del Museo explicó que era una de las posesiones del rey Faruk, y que, aunque figuraba en su catálogo, ahora se ha querido destacar dentro de la actividad museística para difundir ″la conciencia sobre el patrimonio y fortalecimiento de la identidad nacional”.
El ajedrez está considerado uno de los tesoros más importantes del museo, según los expertos tiene un valor incalculable ya que no existe ninguno parecido en el mundo.
Es, sin duda, una obra de arte única y distintiva en el mundo de la joyería y del ajedrez, y que no tiene parangón con ningún otro conocido.
Este tablero fue un regalo del último sha de Irán, Mohammad Reza Pahlevi (1919-1980), al último rey de Egipto, Faruk quien abdicó del trono en 1952 tras un golpe de estado llevado a cabo por el Movimiento de los Oficiales Libres del ejército egipcio.
En 1939 se casó en El Cairo con la princesa egipcia Farida (1921-2013), hermana del rey Faruk y por este motivo el entonces sha de Irán le regaló este tablero de ajedrez.
El ajedrez está hecho de oro, incrustado de diamantes, decorado con esmalte de colores y consta de treinta y dos piezas de personas y animales, entre ellas: dos piezas con la figura del rey, dos piezas con figura del asesor o ministro, la antigua alferza (dama); cuatro camellos (torres), cuatro caballos, cuatro elefantes (alfiles) y dieciséis soldados (peones) con un rifle en el hombro derecho y un turbante con una piedra de diamante en medio.
La base del ajedrez se divide en dos partes: una de color rojo tiene en la parte inferior imágenes de ocho reyes indios y otras ocho de reinas. En cuanto a la segunda, se distingue por su color verde oliva y muestra una colección distintiva de los santuarios y lugares más importantes de la India, como el Taj Mahal, el Fuerte Rojo, el Jama Masjid y otros lugares. Debajo está escrito en persa y urdu.
Hay que mencionar que Gamal Abdel Nasser (1918-1970) que derrocó al rey Faruk tras el golpe de estado y fue presidente egipcio (1954-1970) también era un consumado ajedrecista. Jugaba con sus hijos los fines de semana, y también con algunos invitados.
Otros dirigentes árabes que jugaron al ajedrez eran el ex presidente iraquí, Sadam Hussein (1937-2006) -uno de sus tableros fue expoliado y luego recuperado-, además del líder libio, Muamar el Gadafi (1942-2011) y el actual presidente sirio, Bashar al Asad.
El Museo Real de Joyería está especializado en exhibir las joyas de las familias reales que gobernaron Egipto y cuenta con diez salas. Está ubicado en el barrio de Zizinia de Alejandría y cuenta con una superficie de 4185 metros cuadrados.
El palacio fue construido entre 1919-1923, para la princesa Fátima Al-Zahra (1903-1983), una de las princesas de la familia real, hija de Zeinab Aly Fahmy (1883-1923) y del príncipe Al Amir Ali Haidar (1878-1929), nieto del fundador del estado moderno egipcio, Mohamed ‘Mehmet’ Ali Pasha (1769-1848).
La princesa lo cedió en 1964 al estado egipcio y en 1986 fue transformado en Museo y reabierto tras varios años de renovaciones y ampliaciones en 2010.
El arquitecto fue el italiano Antonio Lasciac (1856-1946), su diseño sigue el estilo de los edificios europeos del siglo XIX y el interior está decorado con paneles de vidrieras con pinturas artísticas distintivas.
Cuento ajedrecístico
Pero se da la circunstancia que aunque el rey Faruk no era conocido por su amor al ajedrez, ya que le gustaban los juegos de azar y no los que requieren inteligencia, concentración y paciencia, sin embargo, en la literatura pasó a ser el rey del mundo del ajedrez que vence al campeón mundial que, además, y muy curiosamente, era español.
Todo proviene del cuento ‘Todos los reyes mueren’ del escritor egipcio Soleiman Fayyad (1929-2015) conocido como Soleiman el Sabio. Se trata del último cuento de su segunda antología titulada ‘Y después de nosotros viene el diluvio’ (Wa Ba’duna Al Toufan) que recibió el Premio Estatal de Estímulo otorgado por el Consejo Supremo de Literatura, Artes y Ciencias Sociales en 1970.
Sería muy recomendable la traducción al español de este autor egipcio, que sí tiene traducida su novela ‘Voces’ en tres idiomas (inglés, francés y alemán).
Sayyad fue profesor de árabe, lingüista y colaborador con distintos periódicos.
Sus primeros cuentos se publicaron en 1961 enmarcados dentro del género del realismo y figuran dentro de las antologías: ‘Oh, doncellas, tengo sed’, ‘Los males de junio’, ‘El tiempo del silencio y la niebla’, ‘Los ojos’ y ‘La muerte de un trabajador de imprenta’.
Entre sus novelas además de ‘Voces’ se encuentran otras cortas y más populares, como ‘La consorte’, ‘Nadie’, ‘Imagen y sombra’ y ‘El campesino elocuente’.
Además escribió biografías sobre personas árabes históricos destacados como Ibn Battouta, Ibn Jaldún, Averroes o Avicena. En su autobiografía, escribió sobre sus experiencias en la Universidad cairota de Al-Azhar, donde estudió árabe.
En 1994, Fayyad recogió el premio Sultán Bin Ali al Owais de los Emiratos Árabes Unidos, y en 2002 el premio a la Excelencia en las Artes.