Entre las muchas investigaciones que se hacen del cerebro humano «que es la estructura más compleja y enigmática del universo y contiene más neuronas que las estrellas existentes en la galaxia», destaca la efectuada por científicos de la Universidad inglesa de Cambridge.
Porque estudiando las conexiones cerebrales de cuatro mil personas de hasta noventa años, corroboraron que el cerebro cambia constantemente en respuesta a nuevos conocimientos y experiencias y descubrieron nuevas fases del comportamiento cerebral.
Cada una de ellas, definida por modificaciones en la materia gris, la materia blanca y la forma en que las neuronas se comunican.
Lograron obtener estos datos gracias a la multitud de escáneres cerebrales a que se sometieron los sujetos del estudio y fueron publicados en la revista Nature Communications y tomados a fines de este octubre por medios como la BBC y El Mercurio de Chile, de donde yo los obtuve.
«El cerebro se reconfigura a lo largo de la vida y siempre está fortaleciendo y debilitando conexiones, sin seguir un patrón totalmente estable porque hay fluctuaciones y fases de reconfiguración cerebral» declaró Alexa Mousley a la BBC.
Agregó que saber que el cerebro pasa por cinco diferentes fases: del nacimiento a los nueve años, de los nueve a los 32, de los 32 a los 66 y de los 66 a los 83, que empieza la fase cerebral final, está ayudando a los médicos a entender que el riesgo de sufrir trastornos de salud mental no es el mismo en cada una.
Y aunque algunas personas pueden alcanzar estos hitos cerebrales antes o después que otras, sorprendió a los investigadores la claridad con la que generalmente los cambios ocurren precisamente a estas edades.
La nueva clasificación establece la Infancia, del nacimiento a los nueve años y la caracteriza porque el cerebro crece rápidamente de tamaño, pero no es muy eficiente porque hay sobreabundancia de conexiones, llamadas sinapsis, entre las neuronas.
A los nueve años de vida, la Infancia cambia abruptamente para que empiece la pubertad y con ella la Adolescencia.
Establecieron la Adolescencia hasta alrededor de los 32 años, cuando el cerebro alcanza su máximo potencial y las conexiones cerebrales registran un periodo de eficiencia profunda, casi sin medida, lo que ocasiona un mayor riesgo de que aparezcan trastornos mentales.
A los 32 años nuestro cerebro llega a la Edad Adulta, fase de estabilidad cerebral que dura tres décadas en las que los cambios cerebrales, son mucho más lentos y menor el riesgo.
Y termina a los 66 años, que comienza la etapa de Envejecimiento temprano.
El estudio se hizo en personas con cerebros sanos, pero los escáneres permitieron conocer que es a esta edad, cuando comienzan los problemas de colesterol y a manifestarse la hipertensión, que afecta la salud cerebral.
Según esta nueva investigación, esta fase no es un declive cerebral «abrupto y repentino»; sino que en lugar de coordinarse como un todo como ocurría en las etapas anteriores, el cerebro se va separando en regiones que trabajan estrechamente entre sí; «como miembros de un conjunto que iniciaran sus propios proyectos como solistas».
Y la establecieron hasta los 83 años, que empieza el Envejecimiento tardío; cuando el cerebro entra en su etapa final.
Debido a que los investigadores encontraron dificultad para hallar cerebros sanos en personas de más de 83 años, recabaron mucho menos datos.
Sin embargo, los cambios cerebrales encontrados les permiten afirmar que son muy parecidos a la etapa del Envejecimiento temprano, pero más intensos y pronunciados.
Comprender cómo y cuándo se producen estos cambios, explicaron los científicos, permitirá profundizar las investigaciones del envejecimiento de la estructura cerebral que al final de la vida, muestra una transición «de lo global a lo local”.
El estudio no analizó a hombres y mujeres por separado, pero en un futuro se plantearán las interrogantes que tiene en el cerebro de las mujeres, el impacto de la menopausia.
Entre los comentarios que esta nueva categorización cerebral ha provocado están el de Duncan Astle, profesor de neuroinformática en la Universidad de Cambridge, quien afirmó que muchas afecciones neurológicas, de salud mental y del desarrollo neurológico están relacionadas con la configuración cerebral y se podrá predecir mejor las dificultades en la atención, el lenguaje, la memoria y gran variedad de comportamientos.
Y el de la profesora Tara Spires-Jones, directora del centro para el descubrimiento de las ciencias del cerebro en la Universidad de Edimburgo, que sintetizó que los resultados encajan bien con la comprensión que se tenía ya, del envejecimiento cerebral, pero abren nuevas fronteras.
