Un lugar donde refugiarse: historia de novela rosa que esconde una realidad más dura de alcoholismo y malos tratos
Un lugar donde refugiarse –película dirigida por Lasse Hallström (Mi vida como un perro, Las normas de la casa de la sidra, Chocolat, La pesca del salmón en Yemen…) con guión basado en una novela de Nicholas Sparks (conocido internacionalmente por El diario de Noah), que llega a los cines españoles el viernes 19 de abril de 2013- se estrena en la mayoría de los países con el título original de la obra –Safe Haven– y en otros con la traducción de algo parecido a Cerca de ti no tengo miedo.
Thriller romántico protagonizado por Josh Duhamel (El retrato de Dorian Gray, Transformers, Los Románticos…) y Julianne Hough (La era del rock, conocida por ser la ganadora de dos temporadas del programa Bailando con las estrellas), especie de road-movie bastante previsible, narra la historia de una joven y misteriosa mujer que, huyendo de su anterior y tortuosa vida en Boston, llega a un pueblo olvidado de la costa de Carolina del Norte para iniciar una nueva andadura. Alquila una cabaña medio en ruinas, consigue trabajo en un café y conoce a un atractivo viudo, con dos hijos pequeños. Aunque todo parece irle bien, el secreto que esconde no tardará en darle alcance.
Los dos, el viudo feliz con su supermercado y sus niños y la rubia que ha escapado de una cotidianidad brutal, arrastran sus propias fantasmas, viven con ellos y forman parte de sus pesadillas. Los últimos minutos del filme son como un compendio de todas las desgracias posibles. Y el final, no por sorprendente deja de ser menos anunciado.
Al fondo de este melodrama, muy teñido de ese romanticismo provinciano americano tan alejado de los parámetros al uso por estos lares, hay una historia muy dura de alcoholismo y malos tratos (lo que ahora se llama violencia de género) que merecía un tratamiento mas comprometido.