El 22 de febrero de 2016, algunos medios de comunicación estatales iraníes han relanzado la fatwa contra el escritor británico de origen indio Salman Rushdie, ofreciendo 600.000 dólares de recompensa por su cabeza, según ha publicado la prensa británica y recoge Culturebox, la página cultural del canal internacional France 24.
Según The Independent, que cita a la agencia estatal Fars News Agency, 40 medios oficiales iraníes están dispuestos a colaborar en el pago de la recompensa.
El autor de, entre otras, de la novela «Versos satánicos» (la obra que dio origen a la primera persecución), ha vivido amenazado de muerte y escondido durante una década a partir de 1989, momento en que el régimen fundamentalista del ayatolá Jomeini, Guía supremo de la revolución iraní, consideró que el libro era blasfemo y dictó la primera fatwa. En el libro Joseph Anton, publicado en 2012, Salman Rusdhie contaba sus años de cautiverio.
Varias personas relacionadas con el libro han sufrido agresiones y una incluso fue asesinada: Hitoshi Igarashi, su traductor al japonés, falleció apuñalado en 1991; el editor noruego William Nygaard recibió dos disparos en 1993 y su traductor italiano, Ettore Capriolo, resultó herido.
En 1998, el expresidente iraní Mohammad Jatami aseguró que había desaparecido la amenaza que pesaba sobre Salman Rusdhie, y el escritor volvió a aparecer en público. Pero, en realidad, nadie ha anulado nunca la fatwa oficialmente y, en 2005, el ayatolá Alí Jamenei reafirmó su validez.
Hace unos meses, en octubre de 2015, el régimen iraní boicoteó la inauguración de la Feria del Libro de Frankfurt, probablemente la muestra más importante del sector de la edición en todo el mundo, porque iba a asistir a ella Salman Rusdhie: “Limitar la libertad de expresión –dijo el escritor en aquella ocasión- no es solamente censura, es un ataque contra la naturaleza humana (…) el hombre es el único animal que posee lenguaje, historias”. Poco después insistió en el hecho de que “la libertad de expresión no es algo culturalmente específico sino un principio universal, sin el que fracasan el resto de libertades”.
En Frankfurt, Rusdhie presentó su última obra, una novela titulada «Two Years, Eight months and Twenty-Eight Nights» (Dos años, Ocho meses y veintiocho noches). El autor, a quien el régimen fundamentalista de Teherán considera “un personaje detestado por el mundo islámico”, condenó la imposición de una verdad única y consideró que la literatura puede ayudar a luchar contra ese tipo de dogmas: “Si uno cree en una visión única de la verdad, e intenta imponerla a los demás, entonces quienes ofrecen visiones diferentes se convierten en us enemigos (…) Pero, con frecuencia, la literatura vence esa batalla y las obras criticadas en su tiempo pasan a la posteridad”.