El jueves 16 de febrero de 2017 miles de personas siguieron la convocatoria anónima ‘Un día sin inmigrantes’ que circuló en EE. UU. a través de las redes sociales, principalmente en Facebook y Twitter, informa Javier Cabero[1] desde Nueva York.
Numerosas personas optaron por respaldar un mensaje que se hizo viral: “Señor presidente, sin nosotros y sin nuestro aporte, este país se paraliza”, convocando a una protesta pacífica para el jueves 16 en protesta de la política migratoria del nuevo gobierno, encabezado por Donald Trump, y su promesa de deportar cientos de miles de migrantes.
A lo largo del boulevard Pacific, el famoso distrito comercial de Huntington Park, algunos locales tenían en sus puertas y ventanas carteles pidiendo no trabajar, no enviar a los hijos a la escuela, ni consumir gasolina “para enviarle un mensaje al gobierno que somos importantes en este país”.
Un chofer del transporte público comentaba que “Hoy venía en el bus la mitad de los pasajeros que siempre se suben”. Días atrás, el lunes pasado, en la ciudad de Milwakee, en el estado de Wisconsin, miles de personas recorrieron las calles en contra de la iniciativa de restaurar el programa anti migrante 287(g).
Este es el segundo paro masivo protagonizado por los inmigrantes en Estados Unidos. El primero fue el convocado aquel histórico 1 de mayo de 2006, cuando millones de migrantes marcharon en varias localidades de este país. Esa vez, en Los Ángeles, según activistas, protestó más de un millón de personas. La movilización se replicó también en las principales ciudades del país. De esa forma, se detuvo la ley H.R. 4437 que criminalizaba a los indocumentados y también a aquellos que pudieran brindarles ayuda.
Estas movilizaciones muestran que los tiempos cambian y las formas de lucha evolucionan. Esta vez con la fuerza de la No-Violencia, que ahora más que nunca, es requerida. Usar violencia para transformar un mundo violento es, como dice Silo, “dar coces contra el aguijón”.
- Javier Caber forma arte de la redacción de Pressenza en NY