Una gran exposición reúne obras de los creadores más destacados del movimiento Arts and Crafts
Ningún artista hubo tan polifacético en la cultura británica del siglo XIX como William Morris (1834-1896). Diseñador, artesano (bordador, tintorero, tejedor), ensayista, poeta, novelista, traductor, tipógrafo, editor, agitador social y activista político en el seno del socialismo…
Morris fue una figura esencial del movimiento Arts and Crafts, precedente de la Bauhaus, del modernismo catalán y del diseño contemporáneo, que capitalizó la artesanía británica desde su nacimiento en 1880 hasta el comienzo de la Gran Guerra en 1914, años durante los que se extendió por toda Europa y los Estados Unidos.
Entre los artistas que destacaron en su seno estaban Charles Robert Ashbee, Ernest William y Mackay Hugh Baillie Scott, cuya obra arquitectónica y de diseño, inspirada en la naturaleza, atendía a dos premisas fundamentales, la belleza y la utilidad.
Al mismo tiempo, los miembros de Arts and Crafts promovían un estilo de vida sencillo y funcional y una filosofía utilitarista acorde con el positivismo coetáneo: si el arte sirve para proporcionar placer estético, los hogares y los espacios de la vida cotidiana han de estar poblados de elementos para el disfrute de los sentidos.
Para Morris no existían las “artes menores”, como se denominaban entonces a las artes decorativas. Por eso, como empresario y fundador de la Morris, Marshall, Faulkner & Co, se dedicó a promocionar precisamente las artes decorativas, una especialidad que contiene en su misma denominación los dos elementos a los que Morris dedicó su vida: el arte y los oficios artesanales.
En una época en la que la industrialización se imponía en todos los ámbitos sociales, William Morris propugnaba una vuelta a la artesanía y a la naturaleza como antídoto contra el momento histórico que se estaba viviendo, que consideraba menos perfecto que los anteriores porque había revertido el orden natural de las cosas. Morris defendía la fabricación a mano frente a la industrialización, por considerar más estéticas las manufacturas y creer que proporcionaban mayor placer a quienes las creaban, liberándoles de la alienación.
Su interpretación del marxismo desde una perspectiva de artista le sirvió para manifestar su descontento con los aspectos más sórdidos e injustos de su época, que intentó cambiar desde una apasionada militancia política.
Un recorrido cronológico y temático
Con unas 300 obras procedentes de más de cincuenta prestadores, la exposición que estos días se puede ver en la Fundación Juan March de Madrid trata de abarcar todas las especialidades en las que brilló el genio de William Morris, desde el mobiliario a la cerámica, desde el textil a las joyas, desde los libros, el dibujo y el grabado a la fotografía. Aquí se puede contemplar el armario realizado por Ernest Gimson ilustrado con imágenes de la vida rural en los Cotswolds, los paneles bordados por Margaret Macdonald, una vidriera de Frank Lloyd Wright o el gran tapiz que ilustra la leyenda del Santo Grial, tejido a mano por el propio William Morris en la década de 1860, en el que manifiesta su fascinación por el arte medieval y las novelas de caballerías (como anécdota, señalar que esta obra fue adquirida por el músico rock Jimmy Page, su actual propietario).
En una primera sección que recoge los orígenes de Arts and Crafts, entre 1830 y 1860, se incluyen obras de John Ruskin (el maestro más influyente de Morris), Dante Gabriel Rosetti y Edward Burne-Jones, miembros de la denominada hermandad prerrafaelita, así como del arquitecto Augustus W.N. Pugin, quien afirmaba que las cualidades de un edificio eran el reflejo de las virtudes de la sociedad que lo construía. Estos principios fueron llevados por Morris a la Red House (la Casa Roja), su vivienda en Bexleyheath (Londres), cuyos interiores decoró con pinturas murales, muebles, vidrieras y azulejos pintados a mano, expresiones todas ellas de su idea de “palacio artístico” medieval: “No tengas nada en tu casa que no creas que es útil o que no consideres bello”.
Otro importante espacio de la exposición se dedica a la obra de Morris centrada en la empresa desde la que producía objetos decorativos como papeles pintados, tejidos estampados con tintes naturales de origen vegetal y a su obra como editor en Kelmscott Press, donde publicó las obras de Geoffrey Chaucer y sus propios panfletos socialistas.
En la sección “El movimiento Arts and Crafts en Gran Bretaña durante los años 1887-1914” se agrupan obras de Ashbee, M.H. Baillie Scott, Walter Crane, Charles Rennie y otros compañeros de la aventura artística de Morris. Todos ellos impulsaron el rescate de oficios artesanales y del trabajo en materiales como el cuero, la encuadernación, el bordado, la cerámica o el repujado del bronce. Entre las mujeres destacaron Margaret Macdonad y Phoebe Anna Traquair.
La parte final de la muestra está dedicada a la expansión de Arts and Crafts por todo el mundo a partir de 1890, con obras de Josef Franz, Koloman Moser y Frank Lloyd Wright.
Cada país adoptó de forma diferente las influencias de Arts and Crafts y su relación con las industrias y los cambios sociales y políticos. En España algunas paredes de la Casa Amatller de Barcelona se decoraron con telas diseñadas por el británico Harry Napper y creadores como Joan Busquets y Josep Puig i Cadafach fueron seguidores del movimiento.
- TÍTULO: William Morris y compañía: Arts & Crafts en Gran Bretaña
- LUGAR. Fundación Juan March. Madrid. C/. Castelló, 77
- FECHAS. Hasta el 21 de enero (21:01:2018)
Los socialistas de ahora deberían de tomar nota de cómo se llevaban en otros tiempos las teorías a la vida diaria.