En una subasta celebrada en Internet el 11 de septiembre de 2013, un adolescente de 17 años ha comprado por 33.000 dólares uno de los servidores históricos de Wikileaks, utilizando la tarjeta bancaria de su padre sin que él lo supiera, según recoge Rémi Noyon en el digital francés Rue 89, haciéndose eco de la información publicada en inglés en Wired.
El anuncio de la subasta del aparato –que en su día contuvo los cientos de miles de documentos confidenciales que el soldado Bradley Manning sacó de los archivos de la Inteligencia estadounidense y entregó a Julian Assange en 2010 (quien, a su vez, los puso a disposición de un pull de diarios internacionales que fueron publicándolos durante meses), y que eBay ha sacado a licitación convenientemente vaciado- recibió más de noventa ofertas y fue adjudicado a la más alta, la del adolescente cuya identidad se desconoce aunque podría tratarse de un chico portugués, según la agencia France-Presse, y cuyo padre envió inmediatamente un correo electrónico pidiendo que se anulara la operación. Finalmente, el servidor que un día albergó el material que la administración estadounidense ha considerado siempre como parte de la «teoría del complot”, se entregó al segundo mejor postor por un poco menos, 32.900 dólares.
“El contenido de este servidor –decía la publicidad de la subasta- llevó indirectamente a la detención de Bradley Manning y a que las autoridades estadounidenses se interesaran por Julian Assange”.
Por deseo del dueño de Wikileaks, el australiano Julian Assange, quien lleva más de un año refugiado en la Embajada de Ecuador en Londres –de la que no puede salir porque tiene pendiente una demanda de extradición por supuestos delitos de abusos sexuales en Suecia- , el dinero obtenido en la subasta del servidor, perteneciente a la sociedad sueca de Internet Bahnhof que albergaba Wikileaks en la época, irá a parar a las asociaciones Reporters sans Frontières, defensora de la libertad de prensa, y Fundation del 5 de Julio (5july.org), organización sueca dedicada a proteger los derechos y la vida privada de los internautas.
Según Jon Karlung, presidente de la empresa sueca, “este material tiene un fuerte valor simbólico. De alguna manera, es una especie de artefacto, un objeto que ha dejado huella en la historia mundial”. Una información de Cécile Bolesse en la página 01Net asegura que el servidor subastado ha sido objeto de varios ataques e intentos de pirateo, todos fracasados.