La litiasis del tracto urinario es una condición que, por lo general, se asocia a alteraciones metabólicas como hipercalciuria, hipocitraturia, hiperfosfaturia, hiperuricosuria, hiperoxaluria, cistinuria y defecto de acidificación urinaria, pero su etiología es multifactorial, e intervienen en su formación la predisposición genética y los factores ambientales, entre los que la dieta y la baja ingestión de líquidos contribuyen a la formación de los cálculos.
La orina es una solución en la que las sales pueden estar en distintas concentraciones. Cuando ocurre un incremento de las concentraciones de solutos en esta (que excede el umbral de saturación), la solución se comporta de forma inestable y ocurre la precipitación de cristales; es decir, se forma un núcleo al que se agregan otros cristales por medio de mucoproteínas, y esto es favorecido por cualquier mecanismo que altere el flujo normal de orina para aumentar la sobresaturación y es entonces cuando hablamos de arenilla.
Entre los diversos factores que favorecen la formación del cálculo se encuentran la disminución del volumen urinario, el pH urinario bajo, la tendencia al estancamiento y las infecciones. Las distintas causas que pueden producir litiasis son diversas. De igual forma, es importante valorar la ingestión adecuada de líquidos en general, (porque puede ser en sí una causa en sí misma), y es posible que el médico le paute realizar modificaciones dietéticas (que deben realizarse en cada tipo de enfermedad litiásica), así como diferentes medidas terapéuticas que deben utilizarse en el cólico nefrítico producido por litiasis.
En este sentido, en los casos asintomáticos con litiasis demostrada y en los casos en que la litiasis pueda provocar obstrucción al flujo urinario siempre hay que analizar las causas que comienzan con la llamada arenilla.
La composición de los cálculos ha cambiado y existe un aumento de los de oxalato y fosfato de calcio, que son más frecuentes que los cálculos de ácido úrico y los causados por infecciones.
No hay que descartar que en la etiología de la litiasis renal intervienen tanto la predisposición genética como las interacciones ambientales, así como otras causas metabólicas, infecciones y/o malformaciones congénitas que puedan existir y no lo sabemos. En los adultos es más frecuente que esté asociada la litiasis a hábitos dietéticos poco correctos, poca ingesta de líquidos y obesidad, frente a las litiasis en niños, que principalmente pueden ser anatómicas, genéticas o de etiología diversa bien por oxalato de calcio o por herencia autosómico dominante.
De ahí que entre los factores locales de la orina que favorecen este proceso se encuentren: la disminución del volumen urinario, el pH urinario bajo, y la tendencia al estancamiento y las infecciones. Estos mecanismos son los que favorecen la formación de cálculos. En niños se insiste en el diagnóstico y tratamiento de la litiasis si está producida por hipercalciuria idiopática, sobre todo si está asociada a la hipociatraturia, dado que existen muchos tipos de litiasis que pueden debutar.
Es bastante frecuente que los pacientes con litiasis permanezcan asintomáticos durante mucho tiempo, aunque posteriormente ante un dolor agudo se presente un síntoma asociado al cólico nefrítico. El dolor abdominal, la presencia de hematuria en orina (sangre) y la bacteriuria asintomática (así como infecciones previas), hace que se pueda pensar en una litiasis en los días venideros.
La restricción de ciertos alimentos que contengan proteína animal, así como la leche y sus derivados, mejorarán la situación que presenta el paciente. De igual forma, se aconseja que se ingieran frutas y verduras, y se deben evitar aquellas que presenten oxalato para mejorar el cuadro. Limitar la vitamina C a 1500 mg por día y evitar la deficiencia en vitamina B6, así como abstenerse de los suplementos de vitamina D, sería conveniente. Del mismo modo, durante esta situación, que revierte cuando la arenilla se ha expulsado, se aconseja no ingerir o limitar, espinacas, remolacha, arándanos, pimienta, calabaza, té, cebolla, higos, cacao, chocolate, frambuesas, apio, entre otros
El manejo con cefalosporina sería adecuado, dado que es un antibiótico de amplio espectro que debe ser pautado por su médico, así como un analgésico que no enmascare el cuadro inicial. No debe medicarse sin haber visitado a un especialista, porque puede ser complicado averiguar el diagnóstico si ha ingerido buscapina, nolotil u otros fármacos a tal efecto.