La periodista filipina Melinda «Mei» Masino murió al recibir un disparo cuando se encontraba en plena calle de la localidad de Batangas (norte), informaron este 14 de abril los medios locales.
Magsino, de 40 años, recibió un disparo a mediodía de ayer en la cabeza cuando se encontraba a 50 metros de su apartamento y falleció en el acto.
Una cámara de seguridad de un comercio cercano captó como un hombre armado se acercó a la víctima por la espalda, le disparó en el cráneo desde una distancia corta y escapó en una motocicleta.
La periodista trabajó como corresponsal para el diario Inquirer, uno de los periódicos más importantes de Filipinas, durante 6 años, hasta el 2005, informan las agencias internacionales.
La reportera recibió amenazas de muerte después de informar sobre supuesta corrupción y apuestas ilegales del antiguo gobernador de Batangas Armand Sanchez.
«La lista de periodistas asesinados aquí (en Filipinas) es demasiado larga (…) No quiero convertirme en otra estadística», escribió entonces la corresponsal.
Con la muerte de Magsino, asciende a 32 el número de periodistas fallecidos en Filipinas desde junio de 2010, cuando inició su mandato el actual presidente, Benigno Aquino, quien ha sido acusado de no mostrar ningún interés en acabar con la impunidad de los asesinatos de reporteros, como prometió en su campaña electoral.
«La Policía no ha investigado la mayoría de los casos de asesinato de periodistas y la mayoría de los sospechosos -muchos de ellos poderosos funcionarios del gobierno local- siguen en libertad», denunció el año pasado el investigador de HRW en Asia, Carlos Conde.
En su informe de 2014, el Comité para la Protección de Periodistas (CPJ) nombró a Filipinas como el tercer país más peligroso del mundo para los profesionales del periodismo, solo por detrás de Iraq y Somalia, después de que 12 periodistas fueran asesinados en 2013.
