La Fundéu señala que análisis comparativo, evaluación comparativa, aprendizaje comparativo o, según el contexto, (establecimiento) de puntos de referencia son alternativas en español a benchmarking.
En las noticias económicas es frecuente encontrar frases como «Benchmarking: una herramienta que su empresa necesita», «La técnica del benchmarking consiste en comparar los procedimientos de una organización con estándares de calidad externos» o «Los planes de excelencia son el resultado de un proceso de benchmarking previo».
El Diccionario de términos económicos, financieros y comerciales, de Enrique Alcaraz Varó y Brian Hughes, explica que el benchmarking ‘es una práctica de gestión empresarial por la que una organización empresarial compara con rigor sus niveles de eficiencia con procedimientos y sistemas externos, copiando de estos los que sean precisos; de esta forma la empresa puede conocer los niveles o cotas —benchmarks— de la competencia, aprender de ella y eludir los posibles errores’.
En este sentido, en los ejemplos anteriores habría sido preferible escribir «Análisis comparativo: una herramienta que su empresa necesita», «La técnica de la evaluación comparativa consiste en cotejar los procedimientos de una organización con estándares de calidad externos» y «Los planes de excelencia son el resultado de un proceso de aprendizaje comparativo previo».
En otros contextos, benchmarking puede equivaler a (establecimiento de) puntos/parámetros/criterios/niveles/objetivos de referencia, como de hecho puede verse en frases similares a «Tendrá que ser el director general el que marque un objetivo claro en el ahorro y utilizar herramientas como el benchmarking», donde habría sido mejor optar por «… herramientas como el establecimiento de puntos/criterios/objetivos de referencia».