Hacía tiempo que no leía con tanto placer y de un tirón, una novela contemporánea en francés, pues generalmente, lo confieso, prefiero refugiarme en algunos clásicos de esta lengua que con el tiempo he aprendido a amar. El libro en cuestión es el Premio Goncourt 2014, otorgado a la escritora francesa Lydie Salvayre, por “Pas pleurer”, No llorar, publicado por la editorial Seuil.
De padre andaluz y madre catalana, exiliados y llegados a Francia con la tristemente célebre “retirada”, al término de la guerra civil en España, hija de republicanos españoles, nació Lydie Salvayre en 1948, y cursó estudios de medicina y psiquiatría en Toulouse, antes de consagrarse a la literatura. En 1990 su primera novela “La declaración” obtuvo el premio Hermes; en 1997 su novela “La compañia de los espectros” fue galardonada con el Premio Noviembre, varias de sus obras han sido adaptadas al teatro.
En 2009 fue recompensada con el premio Francois Billetdoux por “BW”, en donde evocaba la vida de su compañero Bernard Wallet, fundador de la editorial “Editions Verticales”afectado de ceguera provocada por un desprendimiento de retina. De aquella dramática situación nació un libro que más que un relato autobiográfico era una historia de amor.
Ahora con “Pas pleurer”, Lydie Salvayre ha buscado también en su propía existencia y en sus recuerdos literarios y familiares, el hilo conductor de su nuevo relato novelesco.
Dos historias se mezclan en “No llorar”, como en un juego de espejos sobre esa España de 1936, al estallar la insurreción militar franquista contra el gobierno legal de la República.
Por una parte la evocación de un clásico de la literatura francesa del siglo XX “Grandes cementerios bajo la luna” de Georges Bernanos. Escritor conservador y católico francés, miembro de Acción francesa y padre de un militante falangista, George Bernanos es el autor del citado libro que provocó escándalo en las filas del franquismo y de la derecha europea. Obra en la que denunciaba el horror de los crímenes -de los que fue testigo- perpetrados por el ejército franquista en la isla de Mallorca, con la complicidad y la bendición de la Santa Iglesia católica, de sus jerarcas y prelados.
Testimonio implacable, por encima de toda sospecha, ya que venía de un intelectual francés de abierta ideología anticomunista, quien durante su estancia en la isla descubrió con horror y compasión humana los horrores cometidos por el ejército y los falangistas con la bendición del monseñor arzobispo de Palma.
Testimonios publicados en varios números de la revista “Sep” dirigida por los padres dominicos. Crónicas de guerra que serán mas tarde la base del libro publicado por Bernanos, valiente denuncia de las atrocidades del franquismo y del nacional catolicismo.
Bernanos es uno de los pocos que en el campo de los Nacionales, reconoció y condenó tales crímenes, ocultados en fosas comunes, crímenes que aún hoy reclaman reparación.
No llorar, comprender, nos dice en su pulida escritura literaria Lydie Salvayre al relatar en paralelo sus impresiones a la lectura de la obra de Bernanos, y el relato que su madre le hizo un día de la revolución libertaria en la España republicana. Aquellos días de insurrección y de esperanza que en 1936 vivió su madre, y que toda su vida en el exilio recordaría como los mejores momentos de su existencia. Un instante en el que la utopia se hizo realidad.
Una ficción novelesca que va de la Historia con mayúscula a la historia de esa revolución social y familiar, de Bernanos, a la guerra civil, de las Comunas de Aragón y la insurrección en Cataluña con la liquidación física de trotskistas y anarquistas por orden de Stalin, a la victoria fascista y su feroz represión bendecida por la Iglesia católica. La historia de su madre, Montserrat, de su tio libertario y de su futuro padre, un joven estalinista, en esa España roja que se debatía entre guerra y revolución, en medio de mil contradicciones.
A través del relato de una historia íntima y familiar, escrita en un francés tan fluido como elegante, la autora nos libra los recuerdos de ese pasado reciente, mezclando de vez en cuando palabras en castellano, o expresiones en “francognol” que su madre utilizaba a menudo, como es corriente entre los inmigrantes o exiliados de la primera generación.
Un Premio Goncourt 2014, que es un emocionante y brillante homenaje literario a los republicanos españoles que combatieron por la libertad contra el franquismo y el nacionalcatolicismo, a aquellos exiliados españoles que emprendieron en 1939 la retirada hacía Francia, escapando al horror descrito por Bernanos.