Buenos Aires, la reina del Plata, capital de la República Argentina, “la misteriosa Buenos Aires”, como la llamara el escritor Manuel Mújica Lainez; es una fascinante ciudad austral, con una actividad cultural, artística y musical comparable a New York, París o Madrid.
No alcanza el tiempo para ver espectáculos en más de cien teatros localizados en la tradicional calle Corrientes, o en los llamados “off Corrientes”, en el barrio del Abasto, el barrio de Palermo, o en San Telmo. Vimos superproducciones, “Franciscus”, con dirección artística de Norma Aleandro, con bailarines aéreos, combate de caballos, palomas amaestradas y escenarios corredizos. También disfrutamos de comedias en las multisalas de los antiguos teatros, o en los micro-teatros de la zona Plaza. Para los amantes del tango, hay show por doquier, en los viejos cafetines de San Telmo, en los hoteles de lujo y en las típicas milongas como la Confiteria Ideal. En cuanto a cine la oferta es inmensa: estrenos, films argentinos e internacionales, reposiciones y cine clubs.
Para presentaciones de libros, la Biblioteca Nacional no escatima reuniones, junto al Centro Cultural Borges y La Abadía de Belgrano: “ya no solo presento mis libros en Buenos Aires, como están traducidos a varias lenguas, -me comenta el escritor Marcos Aguinis– realizo presentaciones en Europa y Estados Unidos, Adrianita, donde nos hemos encontrados en ocasiones”.
Buenos Aires, Mario Benzecry dirige un ensayo de la Sinfonica Nacional Juvenil. ABAunque el mundo editorial no está a la altura de los 60, se presentan nuevos autores y han surgido editoriales locales, por otra parte, Buenos Aires es la ciudad de las librerías, la lectura sigue siendo un hábito porteño.
Para la temporada musical, el teatro Colón continúa a la cabeza de los grandes teatros de Opera del mundo, también el Teatro Avenida, el Coliseo, el Argentino y el actual Centro Cultural Kirchner donde tuvimos ocasión de escuchar al maestro Mario Benzecry dirigiendo la Sinfónica Juvenil Nacional, en la bella sala del complejo, antiguo edificio del Correo Central, totalmente restaurado para estos fines culturales.
Siguiendo la Ruta de los Museos, visitamos la Recoleta, típico barrio de restaurantes y museos, el cementerio y el Centro Cultural del mismo nombre y la iglesia del Pilar.
Empezamos por el Museo Nacional de Bellas Artes, que tiene la colección de impresionistas más importante de Latinoamérica (a pesar del robo acontecido hace algunas décadas). Alberga, asimismo, la Colección María Luisa Bemberg de pintores rioplatenses y la Sala Goya. Conserva, a su vez, una importante selección de arte argentino, que estaba mejor valorada con la museografía anterior.
El Museo Nacional promueve exposiciones temporarias y tuvimos ocasión de ver: “Homenje a Gyula Kosice (1924- 2016)”, a quien conocí y visité en su Fundación, años atrás; gran precursor del arte de vanguardia, iniciador del Grupo Madi, Arte Concreto-Invención y creador de las esculturas “Hidroespaciales”, motor estético en permanente búsqueda y desafíos. Bien merecido este tributo!
A pocas cuadras se encuentra el Palacio Errazuriz- Alvear, sede del Museo Nacional de Arte Decorativo, con colecciones de objetos, y exposiciones temporarias como la que apreciamos acompañados de la jefa de prensa, hija del artista Ari Brizzi, nominada: “Máscaras del mundo”, colección de la escritora Luisa Valenzuela, con quien he compartido momentos en New York y Miami donde vivió mas de 10 años. El arquitecto Alberto Bellucci, director del Museo, sabe balancear el patrimonio cultural con las novedades artísticas manteniendo el museo en nivel de excelencia.
Siguiendo la Ruta de los Museos, nos encontramos con el Museo MALBA, único por su selección de arte latinoamericano, aunque incompleta. En el Parque Palermo, visitamos el Museo Sívori, dedicado al arte argentino, que espera una reestructuración, según me explicaba la artista Taty Rybak, con quien recorrimos los bellos espacios.
Visitamos las galerias de arte: Rubers, ofreciendo una muestra del gran artista Felipe Noé, quien expone junto a sus hijos y la Galeria Alvear y su importante colección de arte argentino clásico. Nos acercamos al Centro Cultural Borges donde su dedicado director, Roger Haloua, nos comenta la permanente actividad llevada a cabo por “el Centro Borges”, que se encuentra en la Galeria Pacífico, en la calle peatonal Florida, corazón de Buenos Aires.
Nos dirigimos al barrio de La Boca, con las casas pintadas de colores por los inmigrantes italianos, el riachuelo, el recordado paseo “Caminito” reflejado en un famoso tango, y donde se filmó mi película “El primer beso”. A pocas cuadras está el famoso estadio de Boca Juniors, pero preferí dedicarme a ver la excelente exposición: “Malevich, retrospectiva. Colección del Museo del Estado Ruso”, que se presenta por primera vez en Latinoamérica, en la Fundación Proa.
Cruzando la calle, se encuentra el Museo Benito Quinquela Martin, dedicado al artista que fundará la “República de la Boca”, y reuniera en su entorno a los pintores boquenses. Conversando con las educadoras del museo, me comentaban la presencia de estudiantes que se sorprenden de la visión vanguardista de Quinquela. Parte de su casa fue reacondicionada en 1938 y actualmente es museo-casa, con excelente museografia, salas dedicadas al artista, al arte argentino y a la colección de mascarones de proa, que Quinquela seleccionó en vida.
Creo que tanto el Ministerio de Cultura como la Municipalidad de la Boca, tienen una deuda de conservación de este barrio que ha dado tanto a la cultura nacional. Una urbanización coherente que rescate el pasado histórico para ser vivido por las nuevas generaciones, es trabajo pendiente, como asi el mantenimiento y el reciclaje del riachuelo.
La Usina, recientemente restaurada, es ejemplo del cuidado del patrimonio cultural de una Nación. Fue el antiguo edificio de energía eléctrica de la ciudad de Buenos Aires (1916-1926), hoy remodelado como centro de arte y cultura. Adosado se encuentra el Museo del Cine Pablo Ducrós Hicken, fundado en 1971. Me recibe Pablo de Vita, historiador de cine, con quien recorro las salas dedicadas a la cinematografia argentina, de la cual soy parte de su historia reciente. Pablo destaca que el museo es precursor en su género, en América Latina; tiene, a su vez, un importante archivo de material fílmico y realiza una valiosa labor de recuperación y restauro de films, además de investigar y difundir el cine nacional.
En esta ruta cultural es imprescindible incluir: Puerto Madero, donde se encuentra el “Pabellón de las Bellas Artes-UCA”, de la Pontificia Universidad Católica, activamente dirigido por Cecilia Cavanagh, y mas adelante la “Colección de Arte de Amelia Lacroze de Fortabat”, museo, obra del arquitecto Rafael Vinoly, hijo del cineasta Román Vinoly Barreto, director de mi film “La niña del Gato”. El edificio fue creado para la colección de obras de Amelita, a quien conoci llena de entusiasmo por el arte, iniciando el famoso premio que lleva su nombre.
El director del museo, Germán Barraza, nos recibe mostrándonos el espacio que junto con la colección, presenta exposiciones temporales, en este caso, la muestra de Marcia Schvartz, una de nuestras artistas mas relevantes.
Otro lugar que merece ser visitado es el Tigre, aunque se encuentre en el gran Buenos Aires, con su famoso Delta y el Museo de arte-MAT, dirigido con gran experiencia por la historiadora Maria José Herrera, quien nos comenta: “Este museo fue el antiguo Tigre Club-Casino, construido en 1910, hoy recuperado como museo; la bella arquitectura es parte de la historia nacional y se puede apreciar mientras se visita la colección y las muestras especiales que ofrecemos de manera constante, como ésta del artista plástico Hernán Dompé.”
Mientras gozo el paisaje del Tigre, que se ve desde los ventanales del museo, recuerdo que aquí se filmaron secuencias del “El primer beso” y en este palacio, también, creo, filmó Raúl de la Torre escenas de la película “Pubis Angelical”, basada en la novela de mi querido amigo el escritor Manuel Puig. El Tigre, lugar donde confluyen las aguas del Delta, la historia y el arte.
Solamente, un vuelo de pájaro cultural sobre mi misteriosa y bella Buenos Aires.
