Una investigación llevada a cabo por el Institut Recerca Biomédica IRB en Barcelona, ha abierto la puerta por primera vez en el mundo a utilizar la inmunoterapia contra los cánceres de colon más agresivos y sus respectivas metástasis, y así atacar a las células tumorales.
Los resultados resultan esperanzadores aunque según añaden los científicos hay que ser prudentes al respecto. El estudio ha sido publicado en la revista Nature y se basa en el hallazgo que en dos o tres años podría ensayarse en humanos.
Han logrado crear un modelo de ratón que mimetiza las principales características de un cáncer de colon metastásico teniendo en cuenta que hasta ahora se ponían células de pacientes porque no podían trabajar con animales al ser inmunodeficiente.
La hormona TGF-beta, es la responsable de que el sistema inmune sea ciego ante las células tumorales del colon, añade Eduard Batle, uno de los investigadores.
Al bloquear la acción de la hormona se consigue revertir el proceso por lo cual los linfocitos penetran en el tumor, se activan y evitan la metástasis en modelos animales. En el laboratorio han conseguido curar ratones con metástasis avanzadas y han conseguido también que el sistema se convierta en inmune y pueda combatir de forma natural el tumor de colon, impidiendo de esta forma que se pueda reproducir.
La idea es seguir por esta línea de investigación con el fin de tratar también otros cánceres hasta ahora difíciles de tratar cuando existía metástasis y el nivel de expresión de esta hormona muy alto entre los cuales está el cáncer de páncreas, hígado, melanoma y vejiga.
Existen ya varias compañías farmacéuticas que tienen ensayos clínicos en curso con inhibidores de TGF-beta, de forma que existen ya expectativas de nuevos fármacos que mejoren el tratamiento de algunos cánceres; quizá la puerta a la cura definitiva.
Los investigadores basándose en la hipótesis de por qué algunos pacientes no responde a fármacos para el cáncer dedujeron que algunos tumores tienen más mutaciones genéticas debidas al tabaco, al sol o al propio sistema inmunológico del paciente. De hecho los pacientes con más mutaciones responden mejor a los tratamientos y los que tienen poca carga de mutaciones genéticas (tumores fríos) pueden responder a la inmunoterapia.