Si hemos sido diagnósticados con algún tipo de cáncer de próstata, es normal que nos practiquen una biopsia para que el médico conozca el alcance del mismo y su grado de malignidad. Para ello, utilizará el método de Gleason y podrá determinar la gravedad del mismo.
Tener actualmente un cáncer de próstata que tiene una clínica, una respuesta y una supervivencia del paciente variable, es relativamente normal si en el juicio clínico figura adenocarcinoma. Las variantes se pueden dividir dependiendo de su origen, epitelial o no epitelial, pero todos, deben ser comprobados en cualquier caso para elevar las probabilidades de curación.
La uretra masculina está rodeada de esta glándula dura, tubuloalveolar, exocrina de color gris que presenta interpelaciones endocrinas, testiculares, hipotalámicas y un potencial oncogénico importante.
A nivel mundial, el cáncer de próstata es la segunda causa de muerte en el hombre después de los 50 años de edad. Esta enfermedad silenciosa (porque da poca clínica), puede comenzar hasta diez años antes sin que el paciente note nada relevante, si bien es cierto q, a partir de la quinta década es frecuente algún comentario referido a la micción, aunque los hombres refieren que no notan fisiológicamente cambio alguno, por lo general.
El lento crecimiento del tumor y que este se haya propagado fuera de la glándula disminuye las posibilidades de éxito si no se coge a tiempo.
Para conocer el alcance del mismo, es necesario utilizar el sistema Gleason el cual asigna un grado que va del uno al cinco que depende de cuánto se parezcan las células en el tejido canceroso a las células en el tejido normal de la próstata.
La puntuación de Gleason puede ser entre dos y diez. A los cánceres con puntuación de Gleason de seis o menos, se les llama frecuentemente cánceres bien diferenciados o de bajo grado.
Si fuera el grado uno, este sería muy parecido y por tanto, benigno. Desde los grados dos al cuatro, tienen características entre los dos extremos, y el cinco, las células son realmente anormales. Debido a que los cánceres de próstata frecuentemente tienen áreas de diferentes grados, se asigna un grado a las dos áreas que forman la mayor parte de este. Estos dos grados se suman para dar como resultado la puntuación de Gleason (también conocida como suma de Gleason).
A los cánceres con puntuación de Gleason siete, se les llama moderadamente diferenciados o de grado intermedio. A los que tienen puntuación de Gleason de ocho a diez, se les conoce por cánceres pobremente diferenciados o de alto grado. Cuanto mayor sea su puntuación Gleason, mayor es la probabilidad de que el cáncer crezca y se propague rápidamente.
Entre los diversos síntomas que puede presentar el varón, se encuentran la disfunción esfinteriana; trastornos de vaciado, de continencia, contracción involuntarias de la vejiga o disminución de la capacidad vesical funcional entre otros.
La detección temprana es necesaria y la valoración del grado de Gleason nos dará un pronóstico bastante acertado sumado al examen de tacto rectal, prueba sérica del antígeno prostático específico, (PSA); una ecografía, y la biopsia ya comentada. En algunos pacientes puede haber sospecha de cáncer de próstata y la biopsia es negativa. En estos casos, se tendrían que valorar de nuevo todas las pruebas y comprobar la PSA y los histológicos de Gleason para ver el riesgo de esta enfermedad silente en los varones.
Por ello, se complementaría con otras pruebas tales como la fosfatasa ácida prostática, la fosfatasa alcalina ósea, pruebas funcionales hepáticas, hemograma completo, parcial de orina, la biopsia de ganglios linfáticos (principalmente los ganglios pélvicos, obturador, iliacos internos, iliacos comunes y paraórticos) la biopsia de vesículas seminales y tejidos periprostáticos, la tomografía axial computarizada y resonancia magnética nuclear y la gammagrafía ósea.
La diseminación de este cáncer comienza en las vesículas seminales y está relacionado con una elevada probabilidad de enfermedad distantes; es decir, de metástasis no identificadas al principio de la enfermedad. En la mayor parte de los casos, una vez determinando el nivel de Gleason, se realizará la cirugía, llamada prostectomía total, seguida de radioterapia, quimioterapia y un tratamiento hormonal según sea el caso de cada paciente.
Es importante que los varones se conciencien y acudan al médico a partir de la quinta década de la vida para realizar controles tanto de la próstata como del colon, ambos carcinomas silentes que dan pocos síntomas iniciales y nunca deben olvidar. La prevención es la solución.
