Un nuevo estudio realizado por diez universidades españolas dentro del Proyecto UniHcos, ha analizado el consumo de drogas ilegales entre la población estudiantil así como la ingesta de estimulantes del sistema nervioso central y los datos refieren un importante aumento entre los jóvenes universitarios en los últimos cinco años.
Casi la mitad de los universitarios españoles ha consumido cannabis alguna vez aunque declaran que la fecha de inicio de su consumo fue los 16 años de edad. En cuanto a los grupos de drogas estimulantes del sistema nervioso central, cocaína, éxtasis, speed y alucinógenos, cerca de un 8.5 % de los estudiantes lo han tomado alguna vez, y cerca del 7.7 % en el último mes.
El policonsumo de drogas ilegales entre la población es más frecuente en hombres que en mujeres dado que el 9.6 % de los chicos han consumido al menos dos o más sustancias ilegales alguna vez en el último año, y ellas, un 8.7. Es significativo señalar que los estudiantes que viven solos, en un piso compartido o en una residencia tienen este tipo de hábitos que los que viven en una familia en donde existen roles y existe una convivencia diaria.
En cuanto a los tranquilizantes autorecetados por los estudiantes, al menos un 2,6% de ellos lo toman alguna vez y el 2,2 % a diario para poder descansar. De igual forma, las cifras en torno a los depresores del sistema nervioso central, heroína, GHB, inhalantes y otros, son los menos consumidos, un 1.3%. Es significativo señalar que el apoyo familiar afecta a los consumidores dado que la prevalencia de consumo se incrementa a medida que decrece si la familia es estable y aumenta si entre los padres existen diferencias importantes o el estudiante percibe que está en una familia disfuncional.
Estos datos de igual forma son relevantes en cuanto a la conducta de los jóvenes que se ve alterada tanto en las clases como en el rendimiento académico. Estudiantes que prolongan la vida universitaria porque psíquicamente están afectados de un modo u otro e ingieren droga para poder sobrellevar la carga que les supone vivir en un entorno que no consideran adecuado o estable con sentimientos de soledad, frustración y abandono. Datos, que han de considerarse a efectos de prever posibles suicidios y otro tipo de patologías psiquiátricas derivadas del consumo prolongado de drogas durante varios años.
El consumo de marihuana en la adolescencia desarrolla una adicción que luego se ve conformada con el paso de los años. Esto hace que los jóvenes entren en padecer un riesgo de dependencia y también de afectación del desarrollo cerebral.
Los jóvenes utilizan las drogas para atenuar una patología que no está tratada y por ello, la adicción debe abordarse desde una perspectiva asociada con problemas emocionales. Acudir a un profesional, intervenir en momentos de crisis, procurar actividades psicoterapéuticas y psicoeducativas así como mantener una cierta vigilancia médica y familiar es la única forma de tener éxito en un 75 % y que abandone ciertos hábitos dañinos para su salud.
