El 18 de octubre de 2016, el día de su noventa cumpleaños, Chuck Berry, uno de los pioneros del rock’n roll, anunciaba que iba a sacar un álbum después de 38 años de silencio. Exactamente cinco meses más tarde, el sábado 18 de marzo de 2017, Charles Edward Anderson Berry Sr, conocido mundialmente como el legendario músico Chuck Berry, ha fallecido en su domicilio cerca de Saint Louis, en Missouri, donde pasó la mayor parte de su dilatada vida.
Su legado es enorme, con algunos hits que han influido en varias generaciones de músicos, como «Maybellene», «Roll Over Beethoven» o «Johnny B. Goode», sin ninguna duda mi favorita entre sus canciones (es el único fragmento de música rock grabado en el disco de oro que llevó al espacio la sonda Voyager, junto con otros tesoros de la humanidad, con la esperanza de que algún día los encuentren los extraterrestres; todavía hoy siguen volando fuera del sistema solar). Chuck Berry compuso decenas de números uno en las décadas de los años ’50, ’60 y ’70; entre ellos «Sweet Little Sixteen», «School Days» o «My Ding a Ling».
Considerado uno de los mejores guitarristas de todos los tiempos, Chuck Berry había nacido el 18 de octubre de 1926 y aprendió a tocar la guitarra jazz en su adolescencia, mientras hacía pequeños trabajos y frecuentaba a delincuentes menores de su edad. Convertido en peluquero, casado y padre, los fines de semana tocaba la guitarra en pequeños clubes locales, donde fue descubierto por el cantante de blues Muddy Waters.
En 1955 grabó «Maybellene», que inmediatamente se convirtió en un éxito, y fue seguido por otros como «Thirty Days», «No money down» y «Roll Over Beethoven» (1956); «School Days» y «Rock and Roll Music» en 1957; «Sweet Little Sixteen», «Carol» y «Johnny B. Goode» en 1958; «Little Queenie», «Memphis Tennessee» y «Back in the USA» en 1959. La escuela, los coches, los flirts…, los temas de sus canciones son las preocupaciones de los adolescentes de aquellos años, su música se convierte en la favorita de una juventud blanca entusiasmada por el rock, primero en Estados Unidos y después en Europa. Considerado uno de los creadores del rock’n roll, Chuck Berry participó de lleno en «la construcción de la cultura pop de aquellos años y del futuro de la música, conjugando Rhythm&Blues con una guitarra country y un sentido del espectáculo único en el escenario» (Culturebox).
Una condena de dos años de cárcel en 1961, por «transportar a una menor de edad a través de la frontera del estado para fines inmorales», no solo supuso un frenazo en su carrera sino que fue el inicio de unos años difíciles. Ocurrió que una tal Janice Norine Escalanti, de Yuma (Arizona), le dijo al músico que tenía 21 cuando en realidad tenía 14 y Berry le ofreció un trabajo de camarera en su club Bandstand, llevándola a Saint Louis con él. Semanas después la joven fue arrestada por ejercer la prostitución en un hotel de la ciudad. El guitarrista fue condenado a cinco años de prisión y al pago de una multa de 5000 dólares. Berry ganó la apelación debido a los comentarios racistas que hizo el juez durante la vista.
Al tiempo que le resultaba difícil encontrar trabajo, los mejores grupos europeos del momento, como los Beatles, los Rolling Stones, los Yardbird o los Animals, versionaban sus canciones. Chuck Berry lavó definitivamente su nombre a comienzos de los años ’70 con «My Ding A Ling» (1972), que volvió colocarle en la cima de los hit parades.
Tras sucesivos encontronazos con la justicia por evasión fiscal, por voyeurismo en el baño femenino de un establecimiento, por posesión de marihuana… fue retirándose poco a poco y sus conciertos fueron cada vez más espaciados. En enero de 1993 participó junto a músicos como Fleetwood Mac, Michael Jackson, Barbra Streisand, Aretha Franklin y Little Richard en la gala de la investidura presidencial de Bill Clinton. En noviembre de 2000, Berry fue demandado por el pianista Johnnie Johnson, con quien había colaborado durante años, por la autoría de aproximadamente cincuenta canciones, incluidas «No Particular Place to Go», «Sweet Little Sixteen» y «Roll Over Beethoven». Según Johnson, las canciones habían sido compuestas por ambos músicos, pero solo Berry fue acreditado como autor. La causa fue desestimada por el tribunal debido al tiempo que había transcurrido entre la creación de los temas y la interposición de la demanda.
El disco que anunció el día de su aniversario, que debería publicarse en este año de 2017 y grabó en unos estudios de Saint-Louis, acompañado por su grupo de siempre y su hijo Charles Berry Jr a la guitarra, está dedicado a su mujer, Themetta Berry, con la que ha convivido los últimos 68 años: “Querida, me hago viejo. He trabajado mucho tiempo en este disco, ahora ya puedo tirar la toalla”.
Pero Chuck Berry, como tantas otras leyendas musicales del siglo XX, seguirá en este mundo gracias a unas canciones inolvidables que han bailado varias generaciones. Estos son algunos ejemplos:
«Maybellene» (1955),
Un disco del que se vendieron más de un millón de ejemplares, fue su primera grabación y el inicio de una década de éxitos ininterrumpidos. En su día, significó una auténtica revolución musical al unir la guitarra eléctrica de blues con una base rítmica country: había nacido un sonido nuevo, el rock’n’roll.
El mismo año publicó también «Thirty days»
«Roll over Beethoven» (1956)
«You can’t Catch me» (1956)
«School Days» (1957)
«Rock and Roll music» (1957)
«Sweet Little Sixteen» (1958)
«Johnny B. Goode» (1958)
Ese año consiguió varias veces encabezar las listas de éxitos, con otras canciones como «Carol», «Reelin and Rockin» y «Around and Around».
«Back in the USA» (1959)
También son de 1959 otros títulos imprescindibles como «Little Queenie», «Memphis, Tennessee» y «Almost Grown».
Al período de 1960/1964, corresponden grandes títulos como «Let it Rock» y «Bye Bye Johnny» en 1960, «Come on», «Don’t you Lie to Me», «Go, Go, Go» y «I’m Talking About you» (1961), «Nadine» y «No Particular Place to Go» en 1964.
«You Never can Tell» (1964)
«My Ding A Ling» (1972)
A este título seguiría otro gran éxito, «Hello Little Girl, Goodbye» en 1973.