Cinco horas en Barcelona: El Raval, World Press Photo, inmigrantes en paro.

La exposición World Press Photo, una muestra lacerante del mundo que hemos creado.

El pasado  12 de noviembre, con motivo de visitar la exposición ‘World Press Photo’, pasé unas deliciosas horas en Barcelona. Para empezar a disfrutar, el día era espléndido, uno de esos días de otoño, de pleno cielo azul y sol radiante. Llegué a la estación de Sants a las once de la mañana, dejé la maleta en consigna, tomé un taxi para dirigirme al histórico barrio del Raval donde se encuentra el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB), sede de la exposición. Por el camino pude ver un buen número de senyeras colgadas de balcones y ventanas como símbolo de independencia. Número por el momento minoritario, aunque no irrelevante.

El Raval, barrio barcelonés ubicado en la Ciutat Vella, nació de la ampliación de las murallas medievales. Está limitado por otros barrios históricos, el Poble Sec, San Antonio, Barrio Gótico, La Rambla, así como el  Palacio Güell, de Gaudí, una de las numerosas joyas del modernismo en Barcelona, Patrimonio de la Humanidad de la Unesco 1985. No podía faltar, precisamente aquí, en el Raval, una escultura de Fernando Botero, el mundialmente famoso pintor y escultor colombiano radicado en Estados Unidos, el Gato del Raval.

Es curioso, que recientemente, casi siempre que los medios citan a el Raval, sea para hablar de problemas sociales muy presentes en el barrio, donde conviven una histórica etnia gitana, de donde surgió la rumba catalana,  inmigrantes de múltiples países y culturas, ¡también barceloneses!. Por tanto proliferan comercios de muchas nacionalidades y en la parte alta boutiques de moda y nuevas tendencias. Es el barrio conocido durante años como Barrio Chino, a consecuencia de un artículo del periodista Paco Madrid.

El Raval está sembrado de edificios históricos: El monasterio benedictino de San Pablo del Campo, único edificio románico en Barcelona,  (siglos IX-XII) la iglesia de San Agustín, el mercado de la Boquería, el moderno edificio del Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (MACBA), inaugurado en 1995, el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona e incluso facultades universitarias.

El CCCB, es un ejemplo de arquitectura moderna insertada en un complejo arquitectónico histórico, la Casa de la Caridad, anteriormente Seminario Conciliar. Durante el siglo XIX fue hospicio para vagabundos, mendigos, huérfanos, fatuos, imbéciles, pillos, idiotas, enajenados, decrépitos, bordes, anormales, hijos mal inclinados…términos que hasta bien entrado el siglo XX eran los habituales para definir a la población más desfavorecida. La casa funcionaba como centro de formación para lo cual disponía de talleres para el aprendizaje de distintos oficios, el más importante y rentable el taller de imprenta. La venta de la producción de los talleres financiaba las necesidades básicas de los asilados. En 1956 la institución se trasladó a los Hogares Mundet y el edificio quedó abandonado hasta que en 1989 un consorcio formado por La Diputación y el Ayuntamiento de Barcelona aprobó la creación del CCCB en el marco de un proyecto de rehabilitación del barrio del Raval y de sus edificios históricos. De la restauración

‘Pati  Manning’, detalle.

del edificio histórico y construcción de la zona moderna inserta, se encargaron los arquitectos Helio Piñón y Albert Vilaplana. El nuevo centro cultural y de exposiciones se inauguró el 25 de febrero de 1994, con una superficie total de 15.000 metros cuadrados, con aulas, auditorio, espacios polivalentes y expositivos, cuyo núcleo es el patio central, Pati de les Dones, estructurado en tres alas de cinco pisos de altura. En las plantas sótano, segunda y tercera están instaladas las salas de exposiciones, en una de ellas, una preciosa galería abovedada, está instalada la exposición World Press Photo hasta el próximo 8 de diciembre.

World Press Photo.

Esta exposición reúne las imágenes premiadas en nueve categorías de un concurso anual. World Press Photo es una organización independiente, sin ánimo de lucro, fundada en Holanda en 1955, que tiene como objetivo inspirar la comprensión del mundo a través de fotoperiodismo de calidad. La fundación privada Photographic Social Vision, organiza por noveno año consecutivo esta exposición en Barcelona. Este año han participado más de cinco mil fotógrafos con cerca de ciento cuatro mil imágenes.

Nunca mejor dicho, si una imagen vale más que mil palabras. Los pies de foto, sitúan las imágenes, ellas se explican por sí solas. Dan una visión del mundo actual que no vamos a prejuzgar aquí.

 

Cuando doy por terminada la visita a la exposición, estoy hambrienta. Pero el complejo dispone de un excelente restaurante ecológico – vegano, con una terraza que hoy resulta de lo más apetecible. Hace calor, hay que quitarse ropa, incluso hay clientes en mangas de camisa y manga corta. ¡Una gozada!

Después de comer voy caminando hasta la Plaza de Cataluña, donde tomo el metro para regresar a Sants, a tomar mi cercanías a Granollers, mi destino. En el metro hay algunos grupos de inmigrantes sin trabajo, incluso sentados en los bancos de los andenes. Un grupo me da permiso para fotografiarles.

De mi estancia en Granollers, ya dí cuenta en mi artículo ‘Amma en Granollers: Memorable final de la gira europea 2013”. Un detalle más que resultará informativo. Lo primero que veo al acercarme al Palacio de Deportes en Granollers, es una macropancarta con esta leyenda: “ Tots per l’independència”. La firma, para mi desconocida, ANJI. ¿Todos?