El Mecanismo internacional residual de Naciones Unidas para los tribunales penales, tribunal que se encarga de los casos pendientes del disuelto Tribunal Penal Internacional para crímenes de guerra, ha condenado a doce años de cárcel a Jovica Stanisic y Franko Frenki Sunatovic, dos colaboradores del ex presidente serbio Slobodan Milosevics, fallecido el 1 de marzo de 2006 en la prisión de Scheveningen de La Haya (Países Bajos), cuando se encontraba en espera de que finalizara su juicio que debía reanudarse el 14 del mismo mes.
Stanisic, antiguo jefe de los servicios de seguridad del estado serbio, y su adjunto Sunatovic, de 70 y 71 años respectivamente, han sido condenados por su participación en la financiación de las milicias serbias en el momento de la caída del comunismo en la ex Yugoeslavia, y por complicidad en los crímenes cometidos sobre el pueblo bosnio de Bosanki Samac en 1992.
Ambos estaban acusados de formar parte de una organización criminal que incluía al fallecido Milosevic y al dirigente de los serbios de Bosnia Radovan Karadzic, conocido como «el carnicero de los Balkanes», quien se encuentra internado en la prisión de Scheveningen cumpliendo una pena de cadena perpetua por haber sido el máximo responsable del genocidio de Srebrenica y el sitio de Sarajevo.
Los fiscales, que habían solicitado cadena perpetua para los dos acusados, insistieron en el hecho de que Stanisic y Simatovic estaban en relación directa con Milosevic y su gobierno de Belgrado (Serbia) y con la campaña de «limpieza étnica» contra los no serbios en Bosnia y Croacia, que causó miles de muertos y expulsó de sus hogares al menos a 340.000 personas; así como que apoyaron la creación de grupos paramilitares, incluida una unidad de élite llamada «boinas rojas» y la temible formación conocida como «Los tigres de Arkan», dirigida por Zejiko Arkan Raznatovic, que mataron a centenares de personas.
El tribunal, por su parte, ha considerado que si bien está probado que los acusados estaban al tanto de «la campaña de asesinatos, persecuciones y desplazamientos forzosos» para expulsar a los no serbios de Croacia y Bosnia, no ha quedado suficientemente probado que formaran parte del plan.
En 2013, Stanisic y Simatovic fueron declarados inocentes de crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad en una sentencia del Tribunal Penal Internacional para la ex-Yugoeslavia, hoy disuelto. Pero en 2015, respondiendo a una petición de los fiscales basada en que se habían producido «errores jurídicos», los jueces ordenaron la apertura de un nuevo proceso.
A la vista de la sentencia, una portavoz de la organización «Madres de Srebrenica» ha declarado a una televisión local: «Las víctimas nunca quedan satisfechas, pero es importante que los hayan declarado culpables, aunque solo sea por los crímenes cometidos en Bosanski Samac».
De hecho, los jueces de Naciones Unidas han estimado que los dos condenados prestaron, durante la guerra de 1992-1995, «una asistencia práctica» en esa ciudad industrial del noreste de Bosnia que permitió los desplazamientos forzosos de la población, así como las persecuciones y asesinatos de croatas y musulmanes de Bosnia