Después de que Edward Snowden, el estadounidense que ha denunciado las escuchas de la agencia de inteligencia NSA en medio mundo y que permanece refugiado en Rusia donde ha comenzado a trabajar como informático, enviara en la última semana de octubre de 2013 una carta a las autoridades alemanas, en la que se manifiesta dispuesto a declarar ante las autoridades sobre las escuchas a la canciller Angela Merkel y otros jefes de estado europeos, está empezando a recibir la solidaridad explícita de la sociedad alemana.
La revelación de las escuchas a su jefe del gobierno ha indignado a los alemanes. Un diputado ecologista se ha reunido con él, en secreto, en Moscú y, en declaraciones a la BBC, el Ministro del Interior, Hans-Peter Friedrich, ha dicho que reciben con alegría la propuesta de Snowden de facilitarles información.
La última, en el tiempo, es la reacción del más influyente de los semanarios alemanes, Der Spiegel, que en su última portada incluye un primer plano de Edward Snowden y la petición de que Alemania le ofrezca asilo político. La revista, que lleva fecha 4/11/2013, incluye una columna firmada por Snowden en la que explica que la vigilancia masiva no amenaza a la vida privada pero sí “a la libertad de opinión y a las sociedades abiertas”, según la información que recoge el digital francés Rue 89.