Juan Castellano
Este mes de agosto las principales oeneges que se preocupan por el medio ambiente han lanzado varios mensajes de sensibilización porque los países más poderosos suscriben convenios internacionales, como en la cumbre Climática de París (COP21), pero en la práctica no implementan las medidas necesarias para cumplir esos acuerdos, que persiguen un objetivo fundamental: que la temperatura del planeta no aumente más allá de los 1,5 ºC en los próximos años.
El pasado 27 de julio se publicaba por ejemplo en este periódico digital que Greenpeace había hecho público que la reducción de emisiones propuesta para España por la Comisión Europea hasta 2030 es “ridícula” y no cumple con el acuerdo sobre el clima de París.
Pero además de estas consideraciones que afectan a los gobiernos, en el ámbito de las familias crece la necesidad de consumir menos recursos naturales, en unos casos por convencimiento de que solo una utilización razonable garantizará que los nietos de nuestros nietos puedan respirar con normalidad en la superficie terrestre, pero mayoritariamente se trata de la necesidad ineludible de ahorrar en las facturas del agua, de la luz y del gas.
En un artículo reciente sobre la energía verde como objetivo familiar y profesional me centraba en la factura de la luz que se paga cada dos meses en cantidades crecientes, poco compatibles con la caída de los ingresos familiares derivada de la crisis económica, y hoy, contemplando los pequeños jardines en urbanizaciones de casas adosadas, que se han dejado secar por el doble motivo del ahorro económico y porque los ayuntamientos están restringiendo el uso del agua para los jardines privados, he recordado un catálogo de decoración de exteriores en el que recomendaban el césped artificial.
En el sitio web de Homify, una plataforma de diseño, construcción y decoración de interiores que cuenta con casi un millón de visitas mensuales de Alemania, España e Italia, aparece un apartado dedicado a cómo cuidar el césped del jardín, en el que aparecen recomendaciones y sugerencias a tener en cuenta para recuperar una visión agradable de esos espacios ahora secos.
En resumen, conseguir que el jardín se vea verde todo el año tiene que ver con los elementos que se elijan de vegetación, y con todos ellos el césped artificial puede ayudar a conseguir ese objetivo porque, aunque pueda parecer una opción algo costosa de instalar por un especialista, a medio y largo plazo se consiguen ahorros sustanciales de mantenimiento, especialmente en agua y abonos, y su cuidado resulta bastante sencillo.
Pero hablábamos de agua, y en este aspecto es una solución definitiva en el objetivo de reducir drásticamente su consumo en todos los ámbitos. La Encuesta sobre el Suministro y Saneamiento del Agua del año 2013 publicada en 2015 por el INE señalaba que el consumo medio de agua de los hogares se situó ese año en 130 litros por habitante y día, un 3,7 % menos que en 2012, y a pesar de esa reducción el coste unitario del agua aumentó un 5,8 % hasta 1,83 euros por metro cúbico. Conclusión: hay que seguir ahorrando agua.
Y en este empeño las familias no están solas, según el sitio iagua.es, una de las empresas emblemáticas de España, El Corte Inglés, había disminuido un 39 % el consumo de agua en los últimos siete años tras reforzar su política medioambiental con mejoras en la gestión de los residuos, la reducción de gases de efecto invernadero y consumos más bajos.