Bajo el lema, «con la acrilamida no desentones, elige dorado, elige salud», el Ministerio de Sanidad ha comenzado una campaña de concienciación para los consumidores en la que les alerta de los riesgos que suponen para la salud, tomar acrilamida tras cocinar alimentos con almidón a altas temperaturas.
La campaña, que se ha lanzado conjuntamente la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN), aconseja cómo se deben cocinar las patatas, el pan, cereales, galletas, bollería o tostar café, por ejemplo, para evitar las altas concentraciones de acrilamida en estos alimentos.
La acrilamida es un compuesto orgánico que se forma cuando se cocina a altas temperaturas, por encima de los 120 grados y en ambientes de baja humedad, y se ha demostrado que es cancerígeno en concentraciones elevadas. Para detectar si un alimento está mejor que otro basta con comprobar el color cuando están fritos, tostados, horneados o empanados: no deben tener un tono marrón o estar quemados.
Las recomendaciones, que parten de la Comisión Europea, han determinado una serie de niveles de referencia, así como de recomendaciones que, expresamente, califican de altamente cancerígenos los alimentos que no están correctamente procesados.
Dentro de los consejos para evitar la acrilamida están los siguientes: lavar las patatas antes de freirlas para que suelten el almidón, freir a baja temperatura (no más de 170 grados), no dorar las patatas en la sartén ni en la freidora, no guardar las patatas en la nevera, evitar el pan tostado muy negro, (no tostarlo más de dos minutos), todos los fritos deben evitar el dorado y hay que limpiar el aceite siempre que se ensucie, porque en los depósitos de una freidora está la acrilamida y nos la tomamos con el siguiente producto que se fría.
