La Fundéu recuerda que las voces halógeno y alógeno son dos términos completamente distintos, ya que el primero alude a un tipo de iluminación y el segundo equivale a ‘extranjero’.
Sin embargo, en los medios de comunicación es frecuente encontrar frases como «Los agentes observaron cómo los detenidos circulaban en un vehículo, alumbrando con un foco alógeno» o «Una lámpara alógena fue la culpable de que el cantante recibiera una descarga eléctrica».
Según el Diccionario de la Academia el término halógeno se aplica a las lámparas o bombillas que contienen algún elemento químico del grupo que tiene ese nombre (fluor, cloro…) y que producen una luz blanca y brillante, mientras que alógeno es una persona extranjera o de otra raza ‘en oposición a los naturales de un país’.
No obstante, y como los ejemplos anteriores se refieren a la primera acepción, lo adecuado habría sido escribir «Los agentes observaron cómo los detenidos circulaban en un vehículo, alumbrando con un foco halógeno» y «Una lámpara halógena fue la culpable de que el cantante recibiera una descarga eléctrica».