Tanto alto el fuego como alto al fuego son formas válidas para referirse a la ‘suspensión de las acciones militares en una contienda’, tal como indica el Diccionario panhispánico de dudas, según recuerda Fundéu en su Recomendación del día.
En los medios de comunicación aparecen ambas variantes: «Entra en vigor el alto el fuego de 72 horas pactado por Israel y Hamás», «Israel y Hamás se acusan mutuamente de romper el alto el fuego» o «Alto al fuego entre Hamás e Israel a partir de este viernes».
En este sentido, la Academia indica que alto el fuego puede emplearse para ordenar que se deje de disparar («¡Alto el fuego!») o como locución nominal con el significado ya referido. Además, se aclara que la forma alto al fuego se usa en gran parte de América y con menos frecuencia en España, y se considera igualmente adecuada, por lo que los tres ejemplos anteriores están bien escritos.
Se recuerda, en cualquier caso, que alto el fuego no equivale a armisticio.