El verbo glosar, recuerda Fundéu, no tiene entre sus significados el de ‘alabar’.
El hecho de que con frecuencia se glosen los aspectos positivos de algo o alguien favorece que pueda deducirse que glosar y alabar son sinónimas: «… ofreció un emocionado discurso para glosar la figura del Di Stéfano», «A continuación, Torre ha glosado la figura de Adolfo Suárez y ha pedido después un respetuoso minuto de silencio» o «Rosa García glosó la figura del rey Fernando III el Santo».
Sin embargo, glosar significa meramente ‘hacer una glosa’, es decir, una anotación al margen de un escrito para explicar algo que no se entiende y, por extensión, ‘dar una explicación o hacer un comentario, en general, sobre algo o alguien’. Quizá esta desviación semántica se deba a una evolución de la expresión glosar alabanzas, con la inclusión del significado del sustantivo en el verbo.
Así, en los ejemplos anteriores podrían haberse utilizado apropiadamente verbos alternativos como alabar, ensalzar, elogiar, encomiar, enaltecer, destacar: «… ofreció un emocionado discurso para encomiar la figura del Di Stéfano», «A continuación, Torre ha ensalzado la figura de Adolfo Suárez y ha pedido después un respetuoso minuto de silencio» o «Rosa García elogió la figura del rey Fernando III el Santo».
El sentido adecuado de este verbo se pone de manifiesto en ejemplos en los que no cabe la interpretación errónea relacionada con las alabanzas o los elogios: «En este fascículo glosaremos el comunicado final de la conferencia sobre el cambio climático» o «Hizo algunas observaciones introductorias y glosó el programa de trabajo».