El punto con el que se acaba un escrito o una división importante de un texto, recuerda Fundéu, se llama punto final, no punto y final.
Esta expresión se emplea también para aludir a lo que da por terminado un asunto: «Aquel argumento puso punto final a la discusión».
Sin embargo, en los medios de comunicación se emplea a menudo la variante impropia punto y final: «El equipo puso un brillante punto y final a la temporada» o «Punto y final a una huelga de dos meses».
El Diccionario panhispánico de dudas señala acerca de esta variante: «No es correcta la denominación punto y final, creada por analogía de las correctas punto y seguido y punto y aparte».
Se recomienda, pues, evitar punto y final para aludir tanto al punto que da fin a un texto como a aquello con lo que termina un asunto, y emplear en todos los casos punto final.