La Fundue indica que el sustantivo supremacismo es válido para aludir a la corriente que cree en la preeminencia o la superioridad de aquello a lo que se aplica.
Este término se ha venido empleando tímidamente en español desde los años 60 y es en los 80 cuando empieza a crecer su uso y documentación en textos escritos. Popularizado en colocaciones como supremacismo blanco, esta expresión se ha utilizado para aludir a las ideologías racistas que creen en la dominación del hombre blanco occidental sobre el resto de las sociedades. Con un sentido similar, pero aplicado en otras áreas, también se encuentran casos como supremacismo judío, supremacismo islámico, supremacismo étnico, etc.
Actualmente, es frecuente verlo en la prensa en contextos como «Trump suscribe una condena al supremacismo blanco, pero vuelve a encender la polémica», «Desencuentro entre la justicia y la opinión pública, dificultad de quebrar la arraigada cultura del supremacismo masculino» o «El supremacismo catalán siempre estuvo ahí».
Supremacismo no figura recogido en el Diccionario académico, pero sí lo están las palabras a partir de las cuales se forma: supremacía (‘grado supremo en cualquier línea’ y ‘preeminencia, superioridad jerarquica’) y el sufijo -ismo (‘doctrina, sistema, escuela o movimiento’, entre otros).
De formación y significado regular, el término supremacismo es plenamente válido, por lo que no cabe censurar su uso en ejemplos como los que se citan.