El próximo Campeonato Mundial de ajedrez rápido y blitz organizado por la federación internacional, FIDE, se disputará la última semana de diciembre de 2024, por primera vez en la historia, en Nueva York.
Precisamente este anuncio ha coincidido con una amplia encuesta realizada en Estados Unidos sobre el impacto y conocimiento del ajedrez en la sociedad.
Así, se refleja que alrededor de uno de cada cinco estadounidenses (21%) juega al ajedrez al menos ocasionalmente, mientras que cerca de la mitad el 43% de los ciudadanos mayores de edad señalan que no saben jugar.
La encuesta encuentra que el prototipo de ciudadano más proclive al ajedrez en Estados Unidos es un hombre, joven y graduado universitario, mientras que a los que a menos les atrae son a los mayores, mujeres y personas sin títulos universitarios.
El diez por ciento de los estadounidenses siguen el ajedrez competitivo al menos «algo de cerca», y la mayoría no tienen mucha opinión sobre siete de los mejores campeones del mundo, incluidos Bobby Fischer (1943-2008), Gari Kasparov y Magnus Carlsen.
Entre los resultados de la encuesta se encuentran que la mayoría de los estadounidenses saben jugar al ajedrez, pero sólo el 4% lo hace con regularidad. Otro 17% practica ocasionalmente, mientras que el 34% dice que no juega pero conoce las reglas.
Entre ese 21% de los estadounidenses que juega ajedrez, el 73% dice que está interesado en el desafío mental del juego, mientras que el 52% cita la competencia. El 41% encuentra interesantes las conexiones sociales con otros jugadores y al 32% le gusta la historia y la cultura del juego (los encuestados podían seleccionar más de una opción).
Los hombres, los graduados universitarios y los más jóvenes tienen más probabilidades de jugar al ajedrez.
Muchos estadounidenses tienen una imagen positiva de los ajedrecistas. El 50% de los ciudadanos adultos afirma que los jugadores son más inteligentes que el promedio, en comparación con el 36% dice que los ajedrecistas tienen una inteligencia media y solo el 2% sostiene que son menos inteligentes que el promedio.
Las opiniones sobre la inteligencia de los ajedrecistas son similares entre los estadounidenses que juegan al ajedrez y entre los que no lo hacen.
El ajedrez competitivo no tiene un gran seguimiento en EE. UU. Sólo el 3% de los ciudadanos adultos afirma que lo siguen «muy de cerca», mientras que otro 6% lo hace «algo de cerca». Tres cuartas partes, el 76% de los estadounidenses no sigue en absoluto los torneos y ajedrez de competición.
El ajedrez de competición es algo más popular entre los adultos menores de 45 años: en este grupo, el siete por ciento sigue muy de cerca el ajedrez competitivo y el 12% algo de cerca. Sólo el 2% de los estadounidenses de 45 años lo siguen muy o algo de cerca.
Sobre las acusaciones de trampa que ha tenido el ajedrez competitivo y que han afectado a un jugador estadounidense, Hans Niemann también se preguntó en el cuestionario.
Dos tercios del 22% de los que siguen al menos un poco el ajedrez competitivo (muy, algo o nada de cerca) dicen que hacer trampa es un pequeño problema (33%) casi tanto como un gran problema (35%). Aquellos que siguen más de cerca el ajedrez de competición son más propensos a decir que existe un problema con las trampas.
Muchos de los grandes maestros, ya sea actuales o anteriores, no son conocidos entre los estadounidenses.
De los siete grandes maestros sobre los que se preguntó en la encuesta, el más conocido es precisamente un estadounidense de origen, siendo su único campeón mundial, Bobby Fischer, del que sólo el 41% de los estadounidenses tiene una opinión formada.
El siguiente campeón más conocido es Gari Kasparov, quien además de vivir en Estados Unidos por temporadas, desde que se retiró del ajedrez, se convirtió en un activista político opositor al presidente ruso, Vladimir Putin. Únicamente el 30% de los estadounidenses tiene una opinión sobre Kasparov.
Por su parte, sobre el que fuera campeón mundial y número uno del ránking, el noruego Magnus Carlsen, no llega ni a una cuarta parte de los estadounidenses, en concreto, un 21% los que tienen una opinión sobre el mismo.
En cuanto a la opinión ya sea favorable, indiferente o negativa, sobre cada uno de ellos los datos muestran, por un lado, que la gran mayoría es indiferente o no se pronuncian. No obstante, el que fuera su compatriota Bobby Fischer tiene los mayores porcentajes tanto a favor como en contra.
Así, más de una cuarta parte, un 28% tienen una opinión favorable del que les diera en 1972 el Campeonato Mundial en Reikiavik mientras que hay un 59% de indiferentes o que no se pronuncian mientras un 12% ve negativa su figura.
En el caso de Kasparov la indiferencia o el no pronunciamiento alcanza el 70%, la opinión favorable el 20% y la negativa el nueve por ciento. Finalmente, en el caso de Carlsen, que disputó un campeonato del mundo en Estados Unidos, en concreto, en Nueva York, la indiferencia es todavía mayor, un 79%, los favorables un 12% y los críticos un 8% siendo el porcentaje más estrecho, apenas un cuatro por ciento, entre los que tienen una opinión favorable o desfavorable del gran maestro noruego.
La encuesta realizada por YouGov se realizó vía digital del 12 al 14 de junio de 2024, entre 1.105 ciudadanos adultos estadounidenses, siendo el margen de error de aproximadamente el cuatro por ciento.
Anteriormente ya ha habido otras encuestas sobre el ajedrez en Estados Unidos y otros países. Así, en 2020, se señalaba que el porcentaje de adultos que actualmente juegan ajedrez (ya sea semanalmente, mensualmente o durante el pasado año) era del 15% en EE.UU. por lo que el actual cuestionario apunta que se ha incrementado ese porcentaje un seis por ciento, hasta el 21%.
En concreto, en 2020, más de 16 millones de estadounidenses, jugaban al ajedrez y más de la mitad tenían entre 18 y 34 años, lo que coincide también con la actual encuesta que lo describe como hombre, joven y graduado universitario.
De hecho, el cuestionario de 2020 citaba que en Estados Unidos el 78% de los que juegan regularmente son graduados universitarios y también recogía que entre los hogares superiores con ingresos anuales a 120.000 dólares, se encontraba el 21% de los ajedrecistas del país.
Campeonato y Centenario en Nueva York
En lo que hace referencia al futuro Campeonato Mundial de rápidas y blitz, a celebrar a finales de año, coincide con dos celebraciones: el centenario de la fundación de la FIDE, que se celebrará el próximo 20 de julio, en la ciudad de su nacimiento, París y el Centenario del Torneo de Ajedrez de Nueva York, un torneo legendario en la historia del ajedrez, que se disputó entre marzo y abril de 1924.
Entonces se dieron cita los más grandes ajedrecistas de la época. El campeón mundial, el cubano José Raúl Capablanca (1888-1942), terminó segundo y rompió su récord de ocho años sin perder siendo derrotado por Richard Réti (1889-1929), que usó la apertura que desde entonces ha estado vinculada a su apellido (1.Cf3 d5 2.c4 ).
Uno de los participantes en el torneo, Savielly Tartakower (1887-1956) la definió como ″la apertura del porvenir” y efectivamente, un siglo después sigue siendo popular y los libros del ajedrecista checo se siguen vendiendo.
El que fuera contrincante de Capablanca en el Campeonato Mundial tres años antes y campeón que ostentó durante más tiempo el cetro mundial, Emanuel Lasker (1868-1941), entonces con 55 años, fue el ganador de un torneo que contó entre otros con Alexandre Alekhine (1892-1946), Frank Marshall (1877-1944) y el húngaro Géza Maróczy (1870-1951).
Pero volviendo a la actualidad, se prevé que durante el Campeonato Mundial de rápidas y blitz se superen los 250 millones de visitas digitales en todo el mundo, en los cinco días que dura la competición.
Se espera la presencia, entre otros, del excampeón mundial, Magnus Carlsen, mientras en casa jugarán los grandes maestros estadounidenses Hikaru Nakamura y Fabiano Caruana, así como la mejor jugadora estadounidense Irina Krush y la campeona mundial femenina, la china Ju Wenjun.
Establecidos en 2012 como competición oficial del calendario anual de la FIDE, los Campeonatos Mundiales de ajedrez rápido y blitz han tenido polémica por las sedes escogidas, entre ellas Arabia Saudí, donde no acudieron diferentes jugadoras.
Nueva York acogió el Campeonato del Mundo de 2016 entre el noruego Magnus Carlsen y el ruso Sergei Karjakin, además de tener una gran vinculación con el más que milenario juego por diferentes aspectos.