“Comportarse como adultos” es el título del libro escrito por el exministro de finanzas griego Yanis Varoufakis, que ha servido de base para el guion cinematográfico de “Adults in the room”, decimonoveno largometraje en la carrera del siempre brillante director francés de origen griego Costa Gavras, de estreno en Francia el próximo 6 de noviembre.
Si en 1969, Costa Gavras alcanzaba fama mundial con su película “Z”, lúcida y valiosa denuncia del golpe fascista militar de los coroneles griegos. Cincuenta años y dieciocho largometrajes después vuelve ahora a su Grecia natal para denunciar con idéntico talento y valor otro golpe: el del estado financiero contra el pueblo griego, perpetrado esta vez no por militares, sino por los dirigentes de la Unión Europea, del Banco Central Europeo y del Fondo Monetario Internacional, tras la victoria de la izquierda (la coalición Syriza) en las elecciones griegas en 2015.
El paso por el poder de la derecha conservadora (Nueva Democracia) y de la socialdemocracia (Pasok), durante treinta años, habían dejado a Grecia en la bancarrota, con una colosal deuda exterior de 320 000 millones de euros. Las repetidas políticas de austeridad exigidas por la troika europea y el FMI, habían conducido a una crisis humanitaria sin precedentes al país, con histórica baja de salarios y pensiones, desempleo masivo, y alarmantes índices de pobreza. Situación social explosiva que condujo a la victoria en elecciones democráticas de la coalición de izquierdas Syriza, con un programa de lucha contra la austeridad, que prometía mejorar el nivel de vida de la población, reactivar la economía y anular o renegociar la deuda.
Yanis Varoufakis era el ministro de finanzas de ese gobierno de izquierdas presidido por Alexis Tsipras, que intentó negociar con las instituciones europeas para salir de esa crisis. Su libro explica con pelos y señales todo el proceso de chantaje y amenazas en esa presunta negociación y su ulterior dimisión. La película de Gavras se centra pues en su testimonio y parte de su voz en off, que acompaña esta ficción, que con el rigor de un documental reconstruye el desarrollo y los entresijos de esos encuentros en donde las cámaras no estaban siempre presentes.
Los políticos todavía hoy en funciones que interpretan esta tragedia griega, construida para el cine por Gavras, son interpretados por excelentes actores, en gran parte griegos, respetando siempre el origen o la nacionalidad de los personajes reales, desde Yanis Varoufakis y Alexis Tsipras, a Christine Lagarde, Wolfgang Schauble, Michel Sapin, etc. La muy acertada opción de Gavras en el casting ha sido la de rodar en griego y en inglés, sin recurrir a estrellas de Hollywood, sino con un elenco de intérpretes menos conocidos que, en el caso de los griegos, procedem sobre todo del teatro.
El título de la película hace referencia a una frase pronunciada por la francesa Christine Lagarde, directora del FMI en esa época, durante una agitada reunión en la que se enfrentaron abiertamente Yanis Varoufakis y el ministro alemán Wolfgang Schauble, en la que lamentaba la ausencia de adultos en la sala.
En la tradición del mejor cine político y de acción, el ritmo y el suspense de la intriga en este golpe de estado financiero es mantenido con el brío de la puesta en escena de Gavras, siempre fluida y acompañada por la música del compositor Alexandre Desplat, que sirve de respiración burlesca a esta terrible tragedia. La sociedad del espectáculo que representan esas reuniones institucionales y sus encuentros con la prensa, es filmada por Gavras en todo su esplendor con una dosis de fina ironía, puntuada por la música de Desplat.
Las razones contables y financieras de esos dirigentes europeos, que se negaron a toda negociación, haciendo creer lo contrario a la opinión publica, violaron y pisotearon el voto democrático del pueblo griego, y constituyen un precedente peligroso para el futuro de una Europa democrática. Gavras evita al mismo tiempo la parodia y desmenuza de forma lúdica tan espinoso tema político y económico sirviéndonos un poderoso alegato contra ese autoritarismo antidemocrático que impone en Europa las políticas neoliberales, que incrementan las desigualdades sociales y la acumulación de riquezas en manos de la oligarquía.
La dirección de fotografía está a cargo del siempre brillante Yorgos Arvanitis, quien ha acompañado entre otros la carrera de Theo Angelopoulos. En su final, Costa Gavras muestra cómo a pesar del referéndum que dio la victoria al NO, contra el vergonzoso ultimátum de la Comisión europea, Tsipras terminó capitulando y Varoufakis presentó su dimisión. Un burlesco final, sirve de “Deus ex machina” a esta tragedia griega contemporánea, en la que Tsipras es neutralizado y rodeado por los tecnócratas del Eurogrupo, como un toro acosado y ejecutado en las arenas.
Ultima y acertada advertencia al final de la película: el único héroe de esta ficción, es el heroico pueblo griego que continúa y continuará su lucha para sobrevivir a las políticas de austeridad que le impuso la oligarquía europea.
La filmografía de Costa Gavras cubre ya más de medio siglo de un cine comprometido con su época. Costa Gavras, quien cuenta ya 86 años de edad, acaba de publicar en Francia su autobiografía en 2018, con el título de “Va où il est imposible d’aller”. Desde 2007 Costa Gavras es presidente de la prestigiosa Cinemateca francesa.
