Fascinación, genio y vida: Dalí en el Reina Sofía
Desde el sábado 27 de abril, hasta el 2 de septiembre de 2013, cientos de miles de personas tendrán la oportunidad de contemplar, admirar, polemizar y encontrar razones para criticar algún contenido de la magna exposición retrospectiva –de los años veinte a los años ochenta- presentada por el Museo Reina Sofía de Madrid, ‘Dalí: Todas las sugestiones poéticas y todas las posibilidades plásticas’. Exposición organizada por el Museo Reina Sofía de Madrid y el Centro Pompidou de París, en colaboración con el Museo Salvador Dalí de Saint Petersburg, Florida, USA y la colaboración especial de la Fundación Gala-Salvador Dalí de Figueras (Gerona).
Más de doscientas obras procedentes en su mayoría de las tres instituciones depositarias de obra de Dalí más importantes: Fundación Gala-Dalí de Figueras, el Museo Salvador Dalí de Saint Petersburg de Florida y el Reina Sofía de Madrid, más los préstamos que hacen que esta muestra sea excepcional: MoMA de Nueva York, Museo de Arte de Filadelfia, Tate Modern de Londres, Museos Reales de Bellas Artes de Bélgica, colecciones privadas, aportes de otros museos como la conocidísima Gala un segundo antes de despertar de un sueño provocado por el vuelo de una abeja alrededor de una granada (1944) del Thyssen Bornemisza. Una treintena de obras nunca se han visto antes en España. Aquí están todos los lenguajes de Dalí: pintura, dibujos, grabados, escritos, autobiografía, entrevistas, portadas y publicaciones en revistas europeas y norteamericanas, cuatro salas de proyección para las películas Un perro andaluz y La Edad de Oro de Buñuel, Recuerda de Hitchcock y Destino de Walt Disney, toda la documentación de preparación de una película que nunca llegó a realizarse de los Hermanos Marx, los diseños de las colaboraciones dalinianas para el teatro, ballet. Happenings, performances… Las primeras salas del recorrido están dedicados a la época de aprendizaje, experimentación y búsquedas del pintor por los distintos ‘ismos’. Los años veinte están dedicados a retratos y paisajes familiares, los dibujos de la serie ‘putrefactos’, (obsoleto) autorretratos. Lo más emblemático de su encuentro con el surrealismo, su conocimiento de Freud, fundamental para encontrarse a sí mismo y definirse como creador y como persona. Dalí, no hubiera sido el Dalí que conocemos si no hubiera existido Freud, porque sin la teoría psicoanalítica el surrealismo tampoco habría existido. Con el surrealismo Dalí entra en contacto con su subconsciente, donde yacen sepultados todos sus tremendos traumas infantiles. A partir de ahí, pintar va a ser su método para psicoanalizarse y conocerse, proyectando sobre el lienzo -dando cien por cien la razón a Freud- toda su problemática sexualidad, de forma obsesiva y recurrente.
Él lo entiende muy bien, y ello explica meridianamente la necesidad de su creación del método paranoico – crítico o la subversión de la realidad del yo en la realidad subconsciente, la que encierra la realidad original del ser humano. El subconsciente daliniano es erotómano de principio a fin, desde su autorretrato en El gran masturbador (1929), el impresionante La tentación de San Antonio (1943), Retrato de mi hermano muerto (1963) hasta Hitler masturbándose (1973), pasando por obras tan significativas como la Metamorfosis de Narciso, que abre esta reseña, y la versión paranoico-crítica de El Angelus basado en la obra homónima de Millet. Objetos obsesivamente recurrentes en el surrealismo daliniano: Gala, hormigas (sentimiento de culpa subconsciente), muletas, el objeto paranoico-crítico por excelencia, (apoyos de la realidad subconsciente en la realidad del yo), objetos blandos (vulnerabilidad). Por ejemplo, la vulnerabilidad del tiempo, del hombre.
Para intentar comprender a Dalí es obligatoria la lectura de su obra autobiográfica La vida secreta de Salvador Dalí, y por supuesto, parte de La interpretación de los sueños de Freud, y aún así…
Lo extraordinario de la pintura surrealista de Dalí, con sus dobles y triples imágenes, con la mirada corredera como elemento de búsqueda continuada, pero aún así realmente difícil llegar al todo, porque el subconsciente es ilimitado, carece de la muralla de la que se rodea el yo consciente. Si tenemos el valor de hacerlo, podemos aplicar su sistema y metáforas a nuestra propia vida subconsciente y así intentar reconocer el origen de los problemas que inquietan nuestras vidas, para que dejen de hacerlo. El conocimiento de las causas anula los efectos. Por eso la pintura de Dalí nunca deja indiferente. Puede gustar o no, no entender nada, escandalizar, provocar, cualquier cosa menos la indiferencia.
Particularmente interesantes para españoles las salas 6 y 7 dedicadas a ‘el rostro de la guerra’ y ‘surrealismo después de 1936’. Particularmente el estudio para Premonición de la guerra civil (1936), Reina Sofía y Premonición de la guerra civil (1936), Museo de Arte de Filadelfia, pintados al iniciarse el año fatídico de 1936. ¿Visión futura? . Estos y El enigma de Hitler (1939) que representa la situación europea en el momento de la Conferencia de Munich de 1938 y la posterior. Un año después, 1940, nos muestra ya El rostro de la guerra, plagado de muerte. Las últimas salas dedicadas a ‘América’, ‘La vida secreta’, ‘Escenarios’ y ‘El enigma estético’, ponen de manifiesto al Dalí más mediático, presto a utilizar todos los recursos posibles para que se hable de él continuamente. Que esto sucediese durante los años que él y Gala residen en los Estados Unidos, 1940-1948, era inevitable. Su amistad con Andy Warhol y el descubrimiento de Hollywood lo facilitan.
La gran crítica que se le ha hecho a Dalí, ha sido sobre su postura ante los fascismos europeos de los años 30-40. Hay que tener en cuenta, que Dalí ve estas situaciones con otros ojos, él no es como el común de los mortales. A Dalí le fascina el poder, y al mismo tiempo no le soporta, por eso se siente fascinado por personajes como Alejandro Magno, Guillermo Tell o Napoleón ¡y no es el único! Guillermo Tell, en el cuadro que incluímos, representa la figura del padre, rígido y autoritario. En cuanto a Hitler, incluyo una cita de Dalí en sus “Confesiones Inconfesables”: “Yo no tenía ninguna “razón surrealista” para no tratar a Lenin como un tema onírico y delirante. Muy al contrario. Lenin y Hitler me excitaban al máximo. Hitler más que Lenin, por supuesto. Su espalda regordeta, sobretodo cuando le veía aparecer en su uniforme con cinturón y su tahalí de cuero que apretaban sus carnes, suscitaba en mí un delicioso estremecimiento gustativo de origen bucal que me conducía a un éxtasis wagneriano. Soñaba a menudo con Hitler como si se tratara de una mujer. Su carne, que imaginaba blanquísima, me seducía. Pinté una nodriza hitleriana haciendo calceta sentada en un charco de agua. Se me obligó a borrar la cruz gamada de su brazalete. Esto, sin embargo, no me impidió proclamar que Hitler encarnaba para mí la imagen perfecta del gran masoquista que desencadenaba una guerra mundial por el solo placer de perderla y de enterrarse bajo las ruinas de un imperio: acto gratuito por excelencia que hubiera debido suscitar la admiración surrealista, ¡por una vez que teníamos un héroe moderno! Pinté El enigma de Hitler que, fuera de toda intención política, resumía todos los simbolismos de mi éxtasis. Breton se sintió ultrajado. No quiso admitir que el amo de los nazis no era para mí más que un objeto de delirio inconsciente, una fuerza de autodestrucción y de cataclismo prodigioso.”
Ficha de la Exposición:
- Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. (Madrid) Edificio Sabatini, 3ª planta.
- Organización: Museo reina Sofía y Centre Pompidou de París en colaboración con el Salvador Dali Museum Saint Petersburg (Florida). Con la colaboración especial de la Fundación Gala- Salvador Dalí, Figueras.
- Comisario General: Jean-Hubert Martin.
- Comisarios: Montse Aguer (Reina Sofía), Jean-Michel Bouhours y Thierry Dufrène (Centre Pompidou)
- Coordinadora: Aurora Rabanal.
- 27 abril- 2 de septiembre de 2013.
- Martes cerrado.
Enlaces:
