De repente hemos llegado a Diciembre. En un día como hoy las personas se reúnen. Unas beben, otras celebran que están juntas, otras vuelven a beber como los peces en el río, y muchas, la mayoría, se reúnen con sus seres queridos; esos que nos recordó alguna vez El Almendro. Y no es por hacerles publicidad, es porque sinceramente, fue así.
Luego vino la Coca Cola, y al mundo entero, les querían dar un mensaje de paz y nosotros, desde esta tribuna que dice cosas de la actualidad, les decimos que hoy es un día grande porque estamos juntos. No importa cuántos ni importa cómo. Solamente sé que estamos los que tenemos que estar porque otros se marcharon y hoy los recordamos, algunos no llegaron; pero están presentes, y la mayoría que no nos acompañan es porque no tenía que estar. Quizá siempre se quedan las personas del alma; esas que no hace falta llamarlas porque están siempre. Porque llaman en el momento oportuno y nos dicen la palabra justa. Esos amigos que todos tenemos y a los que recordamos aunque no los veamos nunca, son lo que hace que seamos en un día como hoy, grandes. Solamente eso. Miles de «whatsapps», miles de mensajes que dicen todo en una frase que solamente quiere transmitir felicidad. Quizá ese concepto que se nos va normalmente porque nos perdemos las pequeñas cosas de Serrat.
Feliz Navidad queridos lectores y que en esta noche, que promete, ser buena, cantemos al menos lo de la «marimorena». Lo bueno de las letras españolas es que al ser inconexas no importa si has bebido o no. Hoy ha nacido el Niño Dios y si para algunos no ha sido así, también pueden celebrarlo porque todos parecen estar felices. A los que están cuidando de nosotros; policía, médicos, bomberos, etc, etc, felicidades por estar también ahí. Y los demás, si no lo consideran oportuno siempre es bueno cantar algo. Ya se sabe que la semántica en los villancicos es algo complejo pero quien no se sepa esto, quizá es que no es español. Siempre nos quedará aquello de:
«¡Pero mira cómo beben, los peces en el río, pero mira cómo beben por ver al Dios nacido!
Beben y beben y vuelven a beber los peces en el río por ver a Dios nacer!»
Claro, o llevas una buena tajada o esto no hay quien lo digiera por mucho que beban ustedes, queridos amigos.
¡Felicidades! Que la Navidad les traiga al menos lo que desean; por ejemplo paz, amor, salud y prosperidad y que España, al menos hoy, sonría porque la vida es bonita aunque muchos se encarguen de fastidiarla. Aprovechen para encender toda la casa a la salud de su hidroeléctrica porque en breve, estaremos todos en penumbra por aquello de la famosa siguiente subida.
¡Y que viva el vino! decía y nosotros le diremos, ¡y que vivan las velas!
