«La playa DC» de Juan Andrés Arango y «La sirga» de William Vega son dos excelentes botones de muestra del joven cine colombiano que compiten en el Festival de cine de San Sebastián para el premio Horizontes Latinos.
Ambas son óperas primas y pasaron en su proceso de postproducción por ese vivero o cantera que es desde hace doce años ya «Cine en construcción», una idea genial que José Maria Riba propuso un día a los festivales de Toulouse y de San Sebastián, y que ha permitido el acabado de decenas de películas latinoamericanas y su difusión en los festivales del mundo entero con el apoyo de profesionales de la industria del cine.
Arango y Vega forman parte de esa nueva ola de jóvenes cineastas que han aportado sangre nueva e innovadora al cine colombiano. Ciro Guerra, Alejandro Landes, Carlos Moreno, Oscar Ruiz Navia, Juan Andrés Ararango o William Vega son algunos de esos directores que han llevado sus cámaras al Pacífico colombiano y al interior del país, con nuevos temas y preocupaciones sociales, en las que la violencia, el conflicto armado o el narcotráfico son evocados solo como telón de fondo de historias muy humanas.
«La Playa DC», de Juan Andrés Arango, coproducción colombiana con Francia y Brasil, nos hace descubrir a través de una ficción la comunidad afrocolombiana de Bogotá, en el popular barrio de la Playa distrito capital. Un barrio de la capital colombiana en donde se ha instalado una masiva emigración afrocolombiana y a donde va a parar Tomás, un joven negro procedente de la costa del Pacífico.
Con un sólido trabajo de preparación documental, rodada con las gentes del lugar y un casting de actores no profesionales, «La playa dc» cuenta la historia de tres hermanos, Tomás, Chaco y Jairo, cuyo padre ha sido asesinado por los paramilitares y todos ellos se han ido de su casa, en donde su madre vive con su padrastro, un guardia de seguridad blanco.
La emigración masiva de afrocolombianos a Bogotá en estos últimos años, el siempre latente racismo y la discriminación de esa población negra en Colombia, son los temas que han interesado a Juan Andrés Arango, que nos muestra un país con dos caras, una ultraprotegida y adinerada, la otra pobre y marginada.
Jairo es drogadicto, Chaco quiere emigrar a Canadá y Tomás intenta salir adelante como peluquero en esa comunidad afrocolombiana en donde el corte de pelo es un símbolo más de identidad y pertenencia tribal. Con cámara muy móvil, como si se tratara de un reportaje en esa barriada y en el centro comercial Gala centro, Arango filma un relato neorealista sobre esos tres destinos en lucha con la violencia y la dura realidad urbana de Bogotá.
«La sirga» de William Vega, es también una ópera prima, y aunque tiene puntos en común con «La playa» -sus protagonistas buscan escapar a la violencia de la guerra- es por su tema y su realización una obra muy diferente. Lo poético y misterioso predomina aquí sobre lo neorealista. Su título podría ser también Alicia en el país de la niebla.
La sirga es el nombre de un hostal en un apartado lugar de Colombia junto a la laguna de la Cocha en Nariño –a nueve horas de Cali y veinte horas de Bogotá-, a donde llega un día Alicia, una joven colombiana que busca escapar a la violencia de la guerra. Allí es acogida sin gran entusiasmo por el patrón del hostal, Don Oscar, un familiar suyo, de los pocos que quedan en vida, huraño y hosco.
Aunque realizada como si se tratara de un documental, se trata de una brillante ficción rodada con actores profesionales y la propia casa de la sirga fue construida enteramente para el rodaje. Las imágenes cuentan aquí más que las palabras, y William Vega filma con cuidada dirección artística y esmerada banda sonora el misterio, el viento, el ruido de las olas, la serena tranquilidad y el inquietante silencio de esa laguna, a menudo bajo la niebla.
Sus personajes como sus paisajes son misteriosos, poco sabemos de ellos y en esa atmósfera se va tejiendo una nueva amenaza, cuando llega Fredy, el hijo del dueño del hostal, como si los ecos de la violencia y de la guerra se acercaran poco a poco de tan lejano lugar.
Coprodución colombiana con Francia y México, «La sirga» cuenta como coproductor con Edgar San Juan director mexicano de «Norteado» y productor de películas como «La nana», del chileno Sebastián Silva.
