En la competición oficial del Festival de cine de San Sebastián hemos visto la ingeniosa comedia francesa “Dans la maison” (En la casa) del reputado director francés Francois Ozón, adaptación de la obra teatral “El chico de la última fila” del español Juan Margoya, en la que se relata la extraña y turbia relación entre un profesor de literatura -el actor Fabrice Luchini– y un alumno de su clase que muestra tener cualidades para la escritura, interpretado por el joven actor Ernst Umhauer, quien tiene en realidad veintiún años, aunque aparenta dieciséis en la película.
Al entregar un deber de clase, una redacción banal respondiendo al tema: ¿Que han hecho ustedes este fin de semana?, el joven, de una inteligencia y perversidad a prueba de bomba, escribe una primera entrega de lo que luego se va a transformar en la propia intriga del film.
El joven alumno cuenta así como se introdujo en la casa de uno de sus amigos de clase y como conoció a su padre -el actor Denis Menochet– y se sintió atraído por su madre, la bella Emmanuelle Segnier, utilizada aquí a contrapelo en un papel de ingenua ama de casa. Excelente casting y dirección de actores. Sin olvidar tampoco a Jean Francois Balmer y Yolanda Moreau, en el papel de las gemelas.
Ese profesor –escritor frustrado- ve en los ejercicios de escritura de su alumno una oportunidad para ayudarle a escribir una novela, y juntos van a debatir sobre esa trama, y como darle una continuidad. Al parecer el chaval se basa en su experiencia real, pero sin que sepamos nunca donde termina la verdad y donde empieza lo inventado.
Ozón juega con esa confusión entre ficción literaria y realidad, en la que el profesor y su esposa, directora de una galería de arte contemporáneo –Christine Scott Thomas– se van a ver a su vez implicados tanto en su relación personal con el joven alumno como en el propio e inesperado contenido de esa novela en ciernes.
Entre las clases en la escuela, las idas y venidas a casa de su amigo, la vida de esa familia de clase media, y la propia relación conyugal del profesor, el guión progresa con ingenio, atrapando al espectador en un juego de espejos en el que resulta difícil discernir quien manipula a quien.
“En la casa” es el título de este relato en el que un alumno con pretensiones de escritor penetra, como un voyeur en la intimidad de esa mansión y de esa familia de clase media, a la que describe con ironía y buen sentido de la observación. Una comedia lúdica, ingeniosa y perversa para todos los cinéfilos que compartan ese gusto perverso y maravilloso que consiste en mirar a través de una ventana indiscreta.
Francois Ozon se dio a conocer en Cannes en la Semana de la critica en 1998 con su primer y original largometraje “Sitcom”, y desde entonces se ha afirmado como autor de comedias a menudo satíricas y perturbadoras, al evocar las pulsiones y fantasmas sexuales de sus personajes , como por ejemplo la excelente “Gotas de agua sobre piedras calientes”.
Entre sus comedias de mayor éxito figura una intriga con forma de comedia musical “Ocho mujeres” en la que reunió e hizo interpretar y cantar a ocho conocidas actrices francesas, entre ellas Fany Ardant, Catherine Deneuve o Isabelle Huppert.
Su abundante, irregular y controvertida filmografía le ha llevado a menudo a los festivales internacionales. Ultimamente Ozón se ha sentido mas atraído por el teatro con “Potiche” (florero) 2010, en la que trabajó también con Fabrice Luchini y Catherine Deneuve, y ahora “En la casa” que compite en Donostia con buenas posibilidades para el gran premio Concha de oro.
