Flamenjazz, el broche de oro de Montse Cortés y Edith Salazar

El 30 de junio, el Festival Flamenco Madrid clausuró este mes inolvidable en el Teatro Fernán Gómez del Centro Cultural de la Villa con un espectáculo cuyo nombre ya dice todo: Flamenjazz.

Protagonistas, dos amigas de muchos años, hermanadas en la música, cómplices desde siempre, voces personalísimas de un color óptimo, tanto para  flamenco  como para jazz. Montse Cortés, del barrio gitano de La Mina de Barcelona, Edith Salazar cantante, compositora, maestra de canto, actriz siempre genial.

Tenían muchas ganas de llevar a cabo juntas un proyecto que se ha plasmado por fin en este Flamenjazz, estreno absoluto hace tres días. Un proyecto que fusiona el mejor jazz norteamericano y la bossa nova con el flamenco, en el que viajan y discurren con sus estilos, un viaje musical en que lirismo y garra  se unen y alternan.

Montse y Edith han apostado por este trabajo de investigación  y se han salido. Solas, a dúo, acompañadas por las guitarras de Yeray Cortés y Pájaro, la percusión de Bandolero, a ratos el baile profundo de Nino de los Reyes, uno se olvida de sí mismo, se concentra en lo que está pasando ante sus sentidos, todos, y se sumerge ahí, se transforma en parte del espectáculo, se identifica con los personajes que ellas, que ya no son ellas, impersonan. Consiguen con sus voces y su actuación una fusión más. La fusión con el público.

Y así van desgranando el Summertime, la canción más versionada de la historia que ahora cuenta con esta por ahora última versión;  o el Fly me to the moon y todos volamos, nos escapamos de una realidad para sumergirnos en otra. Moon River y ahí estamos sentados en el alféizar de una ventana, viviendo de recuerdos de otros tiempos en que éramos más jóvenes. Y por ahí seguimos en el recuerdo, los recuerdos de antiguas vivencias que parecían olvidadas, pero que seguían ahí, al transcurrir de las notas versátilmente cromáticas de Autum leaves, Days of wine and roses, You are the sunshine of my life, My funny Valentine, Insensatez, Corcovado, Amazing grace, All of me, Love story, The shadow of your smile, Love me tender –y el mago de Graceland, el siempre vivo Elvis, está de pronto presente en el escenario con toda su magia.  La eterna y versionadísima Bésame mucho, la canción compuesta en 1940 por la mexicana Amparito Velázquez, que parece haber existido desde siempre, desde luego desde siempre en nuestras vidas y que aquí y ahora recobra toda su energía, todo el amor que alguna vez sentimos hecho presente en este momento y lugar. La misma polifacética Edith Salazar junto con Pepe Rivero, el compositor y arreglista cubano de fama internacional, se han encargado de las adaptaciones al español.

La Sala Guirau del Fernán Gómez en pie. Todos somos uno. Nos han unido sentimientos nunca olvidados, vivencias de ayer y de siempre, el recuerdo de los que se fueron pero que siguen aquí, gracias a este milagro que han conseguido en esta noche mágica estas dos mujeres, haciéndonos vivir al unísono con ellas toda nuestra vida emocional, haciéndola presente en este momento. Y quién sabe, si conseguirán hacerla imperecedera…

Podéis ver, oír y gozar  a Edith Salazar este próximo 6 de julio en un concierto íntimo en Madrid, en el teatro Fígaro. En los Festivales de Granada y en varios festivales de jazz de este verano.