Aunque no sean las cinco de la tarde y no esté en Inglaterra, puede beber una taza de té caliente al menos una vez al día. Un estudio publicado en el British Journal of Ophthalmology, realizado por la Universidad de California en Estados Unidos, justifica que beber té caliente hace que se tenga un menor riesgo de padecer glaucoma.
Aproximadamente un millón de españoles padecen glaucoma que llevan a la degeneración progresiva del nervio óptico. El glaucoma provoca la acumulación de presión dentro del ojo la conocida como presión intraocular y daña de forma irreversible el nervio óptico. Actualmente afecta a 57,5 millones de personas y se espera que aumente a 66 millones para 2020 en el mundo.
Los investigadores analizaron también los efectos de la cafeína y los efectos sobre la presión intraocular y los datos no eran relevantes. Sí lo eran para los fumadores de tabaco y para los pacientes con diabetes.
Este estudio que es observacional no puede aún dar conclusiones firmes si bien es cierto que la incidencia de glaucoma en pacientes que habían ingerido té cada día era muy baja frente a los que tomaban té helado o café caliente como bebidas habituales. Lo cierto es que las patologías oculares se mantienen a raya con antioxidantes y el té tiene esas propiedades así como antiinflamatorios y neuroprotectores que pueden ayudar también a mantener la PIO en sus valores normales y por tanto, las enfermedades cardiovasculares, la diabetes y los problemas relativos al cáncer en general.
Una taza al día no es mucho y es un hábito que puede mantener fácilmente.
