Unas pruebas efectuadas por la ONG alemana Deutsche Umwelthilfe (DUH) sugieren que también la compañía Opel habría manipulado los resultados de las pruebas de emisiones de óxidos de nitrógeno (NOx) en el modelo Opel Zafira 1.6 litros diésel, en el que las emisiones de NOx superarían hasta 17 veces el umbral oficial permitido.
Conocidos estos datos, Greenpeace exige a los gobiernos que actúen inmediatamente y no den por válidos los datos proporcionados por la industria del automóvil: “Este nuevo caso demuestra que el sector no es fiable, por lo que si los gobiernos no cuentan con controles independientes y pruebas en condiciones de conducción reales, estarían siendo cómplices del daño a la salud y al medio ambiente que ocasionan las emisiones de los vehículos”, ha declarado Marina Bevacqua.
Por su parte, Daniel Moser experto en transporte de Greenpeace en Alemania, ha declarado: «Todos los coches deberían ser testados inmediatamente. Los últimos resultados obtenidos por DUH muestran claramente que Opel también manipuló los límites legales de emisiones».
Greenpeace considera que las políticas de movilidad en las ciudades tienen que estar orientadas a las necesidades de las personas y no a la de la industria del automóvil, y para esto es necesario el diseño de un transporte inteligente, eficiente y alimentado 100 % con energías renovables como muestra el modelo de transporte propuesto en el estudio Energía 3.0 de Greenpeace.
