Elías Barahona*
Los círculos intelectuales y el gremio periodístico han rememorado la fructífera vida de la intelectual guatemalteca Alaide Foppa, secuestrada y desaparecida, hace 33 años, por el gobierno militar del General Romeo Lucas García.
La periodista Foppa, secuestrada por agentes encubiertos de la policía nacional en las cercanías del aeropuerto internacional llegó desde su exilio en México el 19 de diciembre de 1980 para depositar en tierra patria las cenizas de su esposo Alfonso Solórzano, dramaturgo y exfuncionario de los gobiernos de Juan José Arévalo y Jacobo Arbenz Guzmán (1944-1954), muerto en un accidente de tránsito en Ciudad de México, perturbado por el asesinato de su hijo menor, Juan Pablo, de 28 años.
Juan Pablo alfabetizaba indígenas en Nebaj, en el noroccidental departamento de El Quiché, junto a su hermana mayor, la médica Silvia, en las filas del Ejército Guerrillero de los Pobres (EGP), al ser asesinado por la tropa del ejército en junio de 1980.
Foppa, de 66 años, también llegaba al país para visitar a su madre enferma. Los secuestradores se la llevaron con rumbo desconocido junto a su chofer, Leocadio Ajtún Chiroy, sin que hasta el momento se sepa el paradero de ambos.
La intelectual nació en Barcelona, España, en 1914, hija de un periodista argentino y madre guatemalteca. Vivió la mayor parte de su vida entre Europa y Latinoamérica y llegó a Guatemala atraída por la revolución de octubre de 1944, a los 30 años de edad.
Una de sus primeras actividades fue entrevistar al presidente de la República, doctor Juan José Arévalo, ocasión en que surgió un romance que tuvo como fruto a Julio, su hijo mayor, adoptado posteriormente por su futuro esposo Alfonso, secreto que fue guardado durante muchísimos años por lo que Julio lleva los apellidos Solórzano Foppa y no conoció a su padre biológico hasta en 1988.
Su otro hijo, Mario, un destacado periodista, editorialista del diario El Gráfico, fundador de Estudio Abierto en la televisión y director de El Nuevo Diario, murió a los 34 años, en una casa de seguridad del EGP, el 9 de junio de 1981, en el centro de la capital guatemalteca, tras haber sido delatado por el exsacerdote jesuita Luis Eduardo Pellecer Faena, quien defeccionó de la organización y pasó a servir al ejército de Guatemala.
Mario, responsable nacional de propaganda del EGP y combatiente del frente urbano Otto René Castillo, logró infiltrarse en las más altas esferas del gobierno militar hasta ser descubierto. Los restos mortales de Alaíde, Juan Pablo y Mario yacen en lugar desconocido pues las fuerzas de seguridad del gobierno los ocultaron.
La mayor parte de la vida de Alaide transcurrió en México, desde donde denunció el genocidio que estaba ocurriendo en Guatemala, tanto en el programa radial Foro de la Mujer como en la revista Fem, que fundó a la par de Elena Poniatowka y otras intelectuales mexicanas.
Adelaide hizo la primera entrevista a la premio Nobel de la Paz, Rigoberta Menchú, cuando ésta tenía 19 años y estaba refugiada en San Cristobal Las Casas, en Chiapas, México. Alaíde, además, era una exquisita poetisa con obra abundantemente conocida.
De los siete miembros originales de la familia Solórzano Foppa, solamente sobreviven Laura, Silvia y Julio, éstos dos últimos dedicados a luchar para que se haga justicia a miles de guatemaltecos que fueron asesinados o desaparecidos durante el conflicto armado interno.
*Elías Barahona, periodista y académico guatemalteco, secretario de Ciap-Felap.