No es lo mismo hacerse a la idea que hacerse una idea. La expresión hacerse a la idea de algo, señala la Fundéu, significa ‘aceptarlo’ o ‘familiarizarse con cierta idea’, mientras que hacerse una idea de algo es ‘imaginárselo o formarse concepto al respecto’.
En los medios de comunicación es frecuente ver un uso inadecuado de hacerse a la idea en frases como «La existencia de numerosas casas de dos plantas y de hasta 250 metros cuadrados permite hacerse a la idea del poderío económico de este minúsculo pueblo» o «Después de ocho jornadas, uno puede hacerse a la idea del equipo tipo que más le gusta al entrenador».
En esos casos, y ya que lo que se quiere expresar es que uno puede imaginar el poderío económico del pueblo o los gustos del entrenador, lo apropiado habría sido escribir «La existencia de numerosas casas de dos plantas y de hasta 250 metros cuadrados permite hacerse una idea del poderío económico de este minúsculo pueblo» y «Después de ocho jornadas, uno puede hacerse una idea del equipo tipo que más le gusta al entrenador».
En cambio, esa expresión sí resulta adecuada en frases como «A los ciclistas aún les cuesta hacerse a la idea de que esto se acaba y de que su equipo desaparecerá la próxima temporada», ya que en ese caso lo que se quiere decir es que a los ciclistas aún les cuesta aceptar la desaparición del equipo.
El Diccionario de uso del español de María Moliner añade una tercera forma, hacerse idea o hacerse la idea, con el significado de ‘formarse un propósito’, como en «Ya me he hecho idea de visitarle mañana».
Definitivamente, me hago a la idea de lo indicado.