Ictus: cuando morir es la única opción

Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), en España existe una alta incidencia de padecer ictus y este se encuentra como la segunda causa de muerte en la población general, y primera, entre las mujeres.

El accidente cerebrovascular o ictus, es una interrupción del suministro de sangre a cualquier parte del cerebro y tiene lugar porque aparece un coágulo en un vaso sanguíneo (ictus isquémico, en el 85 % de los casos) o por la rotura del vaso que produce filtración de sangre dentro del cerebro (ictus hemorrágico) que se da en el 15 % de los casos.

El observatorio del Ictus recuerda que cada año aumentan los casos y la edad en la que debuta, personas menores de 55 años quizá porque los hábitos de vida que se dan entre los jóvenes son peores y las enfermedades comienzan a edades tempranas. Tabaco, alcohol, estrés, drogas, diabetes, obesidad e hipertensión continuada puede hacer que sumado a la edad cronológica del paciente, se aumenten los riesgos de padecerlo y por tanto la supervivencia.

Cerca de 120.000 españoles sufren un ictus lo que hace que una de cada seis personas lo tengan. Bajar el riesgo y evitarlo también es responsabilidad suya.

Uno de los principales factores de riesgo es la hipertensión seguida de la fibrilación auricular que es más frecuente entre mujeres. Alrededor del 15 % de los casos que sobreviven al ictus padecen una discapacidad como consecuencia de ello, un tercio logra recuperarse y un tercio fallece como consecuencia del mismo.

De ahí se deduce que el ictus es la primera causa de dependencia y discapacidad en España y la segunda causa de demencia tras el Alzhéimer.

Para reconocer los cuadros si tiene lugar un ictus, la rapidez con la que se le traslade al hospital para recibir un tratamiento trombolítico es muy importante. Si de repende pieder la visión de un ojo o de ambos, si nota que pierde fuerza en alguna extremidad, si tiene dificulta repentina en la capacidad de expresarse, si no puede hablar o nota que no le entiende, si nota inestabilidad o un fuerte dolor de cabeza llame a emergencias lo antes posible. El abordaje de esta situación hará que las consecuencias sean menores pero también dependerá de la situación del paciente, la edad, dónde se ha producido y cuáles han sido las lesiones que han tenido lugar.

No hay que descartar que la relación entre los antecedentes familiares y el riesgo de sufrir un ictus que en estos casos está directamente relacionado y por ello, las revisiones con un neurólogo y angiólogo son necesarias. Si la herencia es paterna, el riesgo se multiplica por 2.4 y si es materna se reduce hasta un 1.4. Si algún hermano ha padecido un ictus es posible que usted a la misma edad lo pueda tener.

Nadie está libre de padecer un ictus y morir como consecuencia de ello, pero sí podemos evitar tener hábitos de vida poco saludables para que nuestra calidad de vida sea mejor y no tengan lugar estos episodios en la edad crítica entre los 55 y los 65 años. En cualquier caso, actuar con rapidez es la única garantía de evitar fatales consecuencias. El Código ictus que se activa en España coordina la atención primaria, las urgencias con los servicios de neurocirugía y neurología, muy eficaces para salvar al paciente de las consecuencias de haberlo padecido.

Lo cierto es que el 90 % de los casos de ictus se pueden prevenir con una mejor calidad de vida: hacer ejercicio moderado, tomar poca sal, no fumar y no beber a diario, evitar el estrés continuado y mantener una dieta sana sin azúcar es fundamental para estar sano y no padecer accidentes cerebrovasculares.