Luis de Luis[1]
Como cada temporada, el Teatro de La Abadía recibe a las obras señeras del certamen de artes escénicas BE Festival que se celebra cada año en Birmingham para acoger propuestas tan innovadoras como poco convencionales.
En esta edición, sin embargo, La Abadía presenta, como conmemoración del décimo aniversario del Festival, tres propuestas escogidas entre los espectáculos exhibidos durante la última década.
No deja de ser curioso que, a pesar de sus diversas procedencias, como las tres funciones (de apenas media hora cada una) giran en torno al poder o, mejor dicho, poderes de las palabras, del lenguaje, para articular, definir y dar sentido a eso (tan vago e inconcreto a pesar de lo que parezca) que venimos a llamar: realidad.
Así, Anna Biczók, coreógrafa e intérprete afincada en Budapest, presenta Precedente sobre un futuro potencial: espectáculo en el que las frases – en principio inocuas – pronunciadas en una conferencia adquieren otro significado en función de su capacidad evocadora y sirven de gatillo para despertar, en la memoria, diversos recuerdos y sensaciones que Biczók, reelabora mediante la danza y el lenguaje corporal.
Por otra parte, el franco – portugués Romain Teule presenta Légende una reflexión sobre la lengua no por festiva menos intrigante y reflexiva. Teule también parte de una conferencia ficticia. En este, caso la que elabora un ornitólogo que quiere encontrar equivalencias entre el leguaje humano y el aviario. Esta situación da pie al intérprete para elaborar una elegante y bienhumorada pieza de 25 minutos jugando con la eufonía de lenguaje para elaborar una especie de sudoku fonético tan brillante como desconcertante.
El británico Paul O’Donnell cierra el programa con We’ve got each other o, lo que es lo mismo, una meditación sobre el poder hipnótico del lenguaje y su capacidad para espolear la imaginación. Así, sentado en un silla en la esquina de un escenario vacío y armado, tan solo con la convicción del poder de su voz, O’Donnell recrea , paso a paso, minucia a minucia, todo un lujoso musical a la antigua usanza y el público pica se deja embaucar por el narrador y participa en la función como si no estuviese frente a unas tablas vacías sino sentado en el palco de una sala en pleno Broadway. Y no hay teatro más puro.
1.- Luis de Luis es crítico musical y teatral