El Instituto Cervantes de París ha enriquecido su biblioteca con varios cientos de obras, en su mayor parte primeras ediciones, que pertenecieron al escritor cubano Severo Sarduy (Camagüey, 1937 — París, 1993) y que han sido donadas por su compañero, François Wahl.
Novelas, ensayos, poemarios, antologías, colecciones de revistas, catálogos de exposiciones, litografías, grabados y un largo etcétera componen la donación realizada por el escritor e intelectual francés François Wahl, quien fue durante décadas el compañero de Sarduy, hasta la muerte de este.
Entre las piezas más significativas que ha donado a la Biblioteca Octavio Paz del Cervantes parisino resalta precisamente el gran número de publicaciones del Nobel mexicano. Destacan las primeras ediciones de Viento entero —primorosamente impreso en la India—, Discos visuales —realizado en colaboración con el artista Vicente Rojo— y Topoemas.
Hay otros muchos autores hispanohablantes en la colección: la argentina Alejandra Pizarnik (amiga de Sarduy en París), José Lezama Lima o Julio Cortázar, representado por Marelle, traducción al francés de Rayuela. El libro más inesperado es un Neruda italiano dedicado en cubierta, en tinta verde y que data de 1970.
Hay también libros dedicados por Juan Goytisolo y por Andrés Sánchez Robayna. José-Miguel Ullán está presente con el rarísimo mecanoscrito Mochila para Severo, de 1969.
Del mundo de las artes plásticas, por el que el escritor —y también pintor— Severo Sarduy sintió una enorme atracción, son significativas publicaciones de artistas como el cubano Ramón Alejandro, Bonifacio, Luis Feito, Wifredo Lam, Pablo Palazuelo, Antonio Saura o Antonio Seguí.
Completan la donación los principales títulos que integran la obra del propio escritor, incluidas sus ediciones en otros idiomas, a lo que se suman gran número de estudios sobre su obra.
Severo Sarduy fue poeta, novelista, ensayista y creador de una relevante obra plástica que está presente en colecciones y museos de Europa y América. El Instituto Cervantes expuso en su sede central en 2008 algunas de sus pinturas, fotografías, libros y otros objetos, todo ello relacionado con su fascinación por Oriente. La muestra recaló después en el Cervantes de París, la ciudad adoptiva del polifacético escritor, y en otros centros del Instituto.
El origen de la biblioteca del Instituto Cervantes de París, nominada como Octavio Paz en 2006, se remonta al año 1952. Especializada en literatura española e hispanoamericana, cuenta con más de 65.000 documentos, una colección que ahora refuerza su valor gracias a esta donación.
La nueva colección se muestra al público hasta el próximo 31 de julio. Cuando concluya la exposición, las obras —algunas de gran rareza— podrán consultarse previa petición.