Tras un intenso y continuo seguimiento a la actividad de las macrogranjas en nuestro país, Greenpeace acaba de presentar un informe en el que desvela la expansión descontrolada de la ganadería industrial en España y su enorme impacto medioambiental.
España es ya el país dónde más carne se consume en toda la Unión Europea. Sería necesario reducir el consumo de carne y lácteos para alcanzar un consumo medio por persona a la semana de 300 gramos de carne y de 630 gramos de lácteos. Sin embargo, la industria cárnica ocupa el primer lugar dentro del sector de la alimentación y bebidas, ostentando una cifra de negocio de un 22,2 por ciento -casi 28.000 millones de euros de todo el sector alimentario español, lo que representa el 2,32 por ciento de todo el PIB español.
En enero de 2021, en España había un total de 507.020 explotaciones ganaderas activas, lo que significa que existe una explotación ganadera por kilómetro cuadrado. De las cuatro especies principales para consumo humano de carne -ganado bovino, ovino, caprino y porcino-, es el porcino el de mayor cabaña ganadera. En 2020 había casi 33 millones de cerdos (acaparando el 66 por ciento de las toneladas de carne producida) y más de 6,6 millones de vacas.
En el corto periodo 2016-2020, la producción total de carne aumentó un 16,2 por ciento, alcanzando un total de 7,5 millones de toneladas en 2020. Para hacernos una idea de la magnitud, en España se sacrificaron en 2020 más de 910 millones de animales para consumo humano.
Contaminación del agua
Según los datos del Ministerio de Transición Ecológica y el Reto Demográfico, el 30 por ciento de las estaciones de control de las aguas subterráneas y el 50 por ciento de las superficiales indican una mala calidad debido a la contaminación por nitratos. Muchos son los pueblos de España que se están quedando sin agua potable debido a esta contaminación (a partir de una concentración de 50 mg/L de nitratos el agua deja de ser potable, debido a que puede generar problemas para la salud).
Para Greenpeace, estos datos son muy conservadores ya que no hay controles suficientes, pues solamente existen ocho estaciones de control de aguas subterráneas por cada 1000 km2. Por eso, en abril puso en marcha el proyecto Sin agua no hay pueblos. El agua limpia es un derecho.
Desde entonces, vienen desarrollando un trabajo de campo de toma de muestras, con la colaboración de 16 entidades y tres grupos locales de la organización. Hasta la fecha, esta red ha estimado, a partir de las 457 muestras tomadas entre abril y septiembre de 2021, que el 51,2 por ciento de las mediciones presenta valores de contaminación por nitratos que se consideran de riesgo, superiores a 25 mg/L, y el 28,7 por ciento tienen valores superiores al límite permitido legalmente para aguas potables: 50 mg/L.
Hace unos días, la Comisión Europea ha publicado su informe de seguimiento de la Directiva de Nitratos y ha insistido en la gravedad de la situación, remarcando que es necesario “hacer más”. Y señala a la ganadería como la principal responsable de esta contaminación ya que «es responsable del 81 por ciento de la aportación del nitrógeno agrícola a los sistemas acuáticos».
En el informe se vuelve a llamar la atención de España, incluyéndonos entre el grupo de países que se enfrentan a los mayores desafíos para afrontar este problema. Según este documento, España tiene «un problema sistémico para gestionar la contaminación por nutrientes procedentes de la agricultura» y debe «adoptar con urgencia medidas adicionales para alcanzar los objetivos de la Directiva».
«Más del 75 por ciento del territorio de España está ya en riesgo de desertificación y el 70 por ciento de las demarcaciones hidrográficas españolas presentan niveles de estrés hídrico alto o severo. Por eso, preservar el agua es fundamental. Sin agua, no hay pueblos ni vida. Es el momento de evitar otra futura crisis, la del agua. Este informe evidencia la ineficacia de las ZVN, por ello pedimos la reducción de la cabaña ganadera y moratoria a nuevos proyectos de macrogranjas», ha manifestado Luis Ferreirim, responsable de agricultura en Greenpeace.
Contaminación del aire
El informe también calcula la emisión de GEI por cada comunidad autónoma en el año 2019, con los datos oficiales del MAPA de producción ganadera, y concluye que, solo en ese año, la ganadería fue responsable de la emisión de 69,4 millones de toneladas de CO2 en nuestro país, siendo el sector porcino el más contaminante, con un 50 por ciento de las emisiones totales.
Catalunya, seguida de Galicia y Castilla y León, son las comunidades que más contribuyen al cambio climático a través de la producción cárnica, con un 30 por ciento, 12,1 por ciento y 10,5 por ciento, respectivamente, de las emisiones totales.
Se puede consultar el informe completo aquí.