Un nuevo poema de Antonio Ferres: Las inciertas lejanías
Llevamos más de seis años con uno de los gobiernos más corruptos, retrógrados, seudo fascistas, que ha tenido España desde la muerte de Franco. Pero los partidos políticos y los sindicatos tradicionales pasan mes tras mes atascados en pequeños sucesos o divisiones internas, ajenos al empobrecimiento de la población, a formas nuevas de censura, convirtiendo la política en espectáculo en vez de trabajar con el pensamiento y con la acción para terminar con esta situación.
La burocracia y la aceptación de unas reglas que dicen democráticas, conforman esta parálisis política. Televisiones, medios de comunicación, nuevas y raquíticas formas expresivas, aparecen más preocupadas por la burda parodia, los chistes fáciles, las expresiones malsonantes, las críticas personales, que por profundizar en todos los problemas de la realidad social, cultural, humana, que van hundiendo cada vez más al país, convertido en una bolsa de viajes para que los turistas lo ocupen y vayan desalojando cada vez más a los ciudadanos que, mientras, se vuelcan en banderas, himnos, y mendigan miserables sueldos para sobrevivir.
De Cataluña a Andalucía vivimos una pesadilla que los más lúcidos, hastiados, ya quieren evitar no pensando ni hablando de ella. Es cierto que el mundo se deteriora, por doquier crece la extrema derecha para ocupar los distintos poderes, el imperio norteamericano impone cada vez más leyes, usos y costumbres en un dominio que busca anular los pensamientos y la libertad de los ciudadanos, para que pueda dominarlo. Pero todos acuden a festejos, conmemoraciones, actos oficiales, procesiones o romerías, espectáculos deportivos, sin atreverse a combatir continuamente a quienes los explotan, como serviles criados del neocapitalismo, del mercado y la globalización.
Eso sí, se celebran manifestaciones de protesta, pero que a los gobernantes no les causan gravísimos problemas. Y conmemoraciones: dentro de poco ya no quedará un solo día en el año que no se celebre o postule algo, sea viejas fiestas o nuevas rutinas sobre cualquier acontecimiento, sea jocoso o trágico. Y mientras, el tiempo avanza, sigue destruyendo al ser humano, la civilización y al planeta Tierra. Uno recuerda viejos textos revolucionarios, luchas no pactadas con el poder, sin formas por él impuestas, actos que convulsionaron las viejas repúblicas y formas de gobierno.
Pero el dios dinero y su profeta la publicidad están imponiendo nuevas formas de sumisión mientras cada día mueren decenas de miles de sacrificados por estos Estados poderosos que, en el lenguaje mentiroso y embaucador que se impone de uno a otro confín, llaman «del bienestar».
Un nuevo poema de Antonio Ferres: Las inciertas lejanías
Ahora
hablo a voces para borrar
el tiempo
y detener el cataclismo
de la vida
grito en el primer amanecer
del mundo
y espero que haya alguien
que me escuche
-como aquella muchacha
de las islas-
alguien que beba conmigo
el agua dulce de los ríos
y camine conmigo
hasta las inciertas lejanías.
A.F. Abril 2018