El escenario es desolador y nuevamente nos avisa de una muerte masiva de ganado. Somalia, situada en el cuerno de África causará una pérdida importante de ganado que pondrá en riesgo la seguridad alimentaria de la población.
Esta advertencia de la Organización de las Naciones Unidas para la alimentación y agricultura (FAO) nos alerta de la desnutrición a la que se someten los somalíes que se mantiene en un 170 % por encima de los niveles precrisis. Si a eso le sumamos las lluvias inferiores a la media entre abril y junio que están previstas, tanto la zona de Somalia como la de Etiopía tendrán de nuevo una crisis humanitaria por la hambruna y por la nueva caída en los rendimientos de los cultivos de este año.
La economía y la población, ha afectado también a las exportaciones y la pérdida de ganado indefectiblemente ha incrementado el precio de los productos derivados de los animales. Se necesita ayuda urgente para reforzar la resiliencia de las comunidades afectadas que ciertamente avanzan hacia un deterioro importante.
La FAO aportó cerca de 900.000 animales y entregó 53 millones de litros de agua el año pasado. En este año sus previsiones tienen como objetivo ayudar a los 3 millones de somalíes rurales y hace un llamamiento de 238 millones de dólares para sostener las intervenciones de ganadería y ayudar con ello a los agricultores. La lucha contra el hambre no solo evita muertes sino que activa la economía y estabiliza los medios de vida de una población expuesta sistemáticamente a la supervivencia.
Este junto con otros datos serán presentados hoy, 22 de marzo en la sede de la FAO. Se dará cuenta de las crisis alimentarias de 2018 y los nuevos datos acerca del hambre en el mundo. Inseguridad alimentaria, conflictos armados, fenómenos climáticos extremos, altos precios de los productos básicos, enfermedades y sequía asolan aún Oriente medio, algunas zonas de Asia meriodional, el cuerno de África y el caribe.