MAIRENA DEL ALJARAFE, SEVILLA
En pleno siglo XXI, donde la información es supuestamente accesible, persisten peligrosas prácticas en el ámbito sexual impulsadas por el desconocimiento y, sorprendentemente, por la vergüenza. Así lo advierte Rocío Moñino, reconocida psicóloga y sexóloga de Mairena del Aljarafe, quien pone de manifiesto la urgente necesidad de una educación sexual más abierta y la importancia de elegir productos íntimos adecuados.
Moñino, con una dilatada experiencia en terapia sexual y de pareja, no dudó en señalar una realidad alarmante: «La gente llega a usar aceite de oliva por vergüenza y desconocimiento, lo cual es muy peligroso». Esta afirmación, tan directa como impactante, subraya el tabú que aún rodea la compra de productos íntimos, incluso cuando algunos lubricantes específicos no superan los cinco euros.
P: Rocío, tu afirmación sobre el aceite de oliva es muy fuerte. ¿Qué te lleva a decir algo así?
Rocío Moñino: Lamentablemente, es una realidad que veo con frecuencia en consulta. Muchas personas, por la vergüenza de ir a una tienda especializada a comprar un lubricante sexual o por la falta de una educación sexual integral, recurren a remedios caseros como el aceite de oliva o cremas corporales para prácticas sexuales. Esto es un error gravísimo y muy común, sobre todo cuando se busca tener sexo anal.
P: ¿Por qué es tan peligroso usar productos caseros o no específicos como lubricantes, especialmente para el sexo anal?
Rocío Moñino: Primero, no están formulados para el uso íntimo y pueden tener consecuencias serias. El aceite de oliva, al ser un producto orgánico y graso, puede romper los preservativos de látex, lo que anula su función protectora frente a embarazos no deseados o infecciones de transmisión sexual (ITS). Pero, además, su uso puede alterar el pH natural de la zona, provocando irritaciones, infecciones por hongos o bacterias, y daños en la delicada mucosa.
Para el sexo anal, esta situación se agrava, ya que es una práctica que requiere una lubricación abundante y muy específica debido a la ausencia de lubricación natural en la zona y la mayor fragilidad de su tejido. Es precisamente aquí donde más se recomienda usar un producto especializado, porque será más seguro, más duradero, y algunos de los mejores lubricantes anales incluso ayudan a dilatar, facilitando la experiencia.
P: Entonces, ¿cuál es la solución? ¿Dónde debe buscar la gente estos productos?
Rocío Moñino: La vergüenza también lleva a la gente a comprar lubricantes de marcas famosas en grandes superficies. Sin desprestigiar estos productos, que son una opción, no suelen ser los más especialistas ni los más recomendables para necesidades específicas. La clave está en acudir a tiendas especializadas o sex shops online.
Por ejemplo, un sex shop como Vivelavita puede tener más de 2000 modelos diferentes de lubricantes íntimos, diseñados para cada necesidad y tipo de piel. Esta variedad garantiza que siempre encontrarás el producto adecuado, desde los básicos a base de agua o silicona hasta opciones con efectos específicos, garantizando seguridad y una experiencia mucho más placentera. Además, te atienden personas que están cualificadas para recomendarte el mejor producto para tu caso específico.
P: ¿Crees que la falta de información accesible contribuye a estos problemas y a la preferencia por opciones menos adecuadas?
Rocío Moñino: Absolutamente. Aunque hay mucha información online, no toda es fiable o fácil de entender. Es vital que existan fuentes de calidad que aborden estos temas sin rodeos ni tabúes, y que no nos avergoncemos de hablar de ellos. Artículos que explican las diferencias y seguridad de los productos, como la guía de «Los mejores lubricantes anales» (disponible en blogs especializados), son herramientas poderosas para educar a la población y evitar riesgos innecesarios. La vergüenza se combate con información y naturalidad.
P: ¿Cuál sería tu mensaje final para aquellas personas que aún tienen dudas o sienten vergüenza?
Rocío Moñino: Que se informen, pregunten sin miedo y busquen fuentes fiables. La sexualidad es una parte natural y sana de nuestra vida. Invertir en una buena lubricación es invertir en salud, seguridad y, sobre todo, en placer. No hay nada de lo que avergonzarse cuando se trata de buscar bienestar en la intimidad, y mucho menos cuando el coste de la seguridad es tan bajo. Es el primer paso para disfrutar plenamente.
