“El exilio más cruel es siempre el de aquellos que no tienen ningún sitio al que regresar. Para estos hombres y mujeres, Paco Roca ha fabricado un hogar de recuerdos y justicia tardía, un libro que es como los viejos ideales: no bastan, pero hay que llevarlos a término”.
Alfonso Zapico. Premio Nacional del Cómic 2012 con Dublinés
La noche del 24 de agosto de 1944, los primeros soldados del ejército de liberación que entraron en París no eran franceses sino españoles miembros de la 2ª División Blindada, combatientes republicanos que cuando perdieron la guerra contra el general Franco continuaron luchando contra el nazismo enrolados en las fuerzas francesas libres. Un episodio de su historia que muy pocos franceses conocen, que los supervivientes y sus familias reivindican cada año desde entonces y que el autor de comics Paco Roca ha contado en su libro “Los surcos del azar”, publicado en 2013 por ediciones Astiberri y, con el título de “La nueve”, lanzado al mercado francés por Editions Delcour en la primavera de 2014, en vísperas de los 70 años que se cumplen ahora de la liberación de París tras cuatro años de ocupación del ejército nazi alemán.
“En una novela gráfica, el dibujante Paco Roca rinde homenaje a la historia desconocida de esos soldados de la Francia libre», escriben en la página del canal internacional France 24.
Los surcos del azar/La nueve, Premio Zona Cómic al mejor cómic nacional de 2013 y Premio a la mejor obra de autor español en el Saló Internacional del Cómic de Barcelona 2014 reconstruye, a través de los recuerdos de Miguel Ruiz, republicano español exiliado en Francia, la historia de La Nueve, una compañía a las órdenes del capitán Dronne integrada en la Segunda División Blindada del general Leclerc, y formada mayoritariamente por republicanos españoles.
La mayoría de los hombres que componían La Nueve tenían menos de 20 años cuando en 1936 cogieron las armas por primera vez para defender la República española. Ninguno sabía entonces que los supervivientes ya no las abandonarían hasta ocho años después, y que en la noche del 24 de agosto de 1944 serían los primeros en entrar en París. Los carros de combate franceses que conducían llevaban, en el morro, nombres tan sorprendentes como Madrid, Don Quichotte, Guadalajara, Ebro o Guernica. Los soldados se apellidaban Granell, Campos, Fábregas, Royo, Pujol… y encabezarían el desfile del día 26 por los Campos Elíseos. Sin embargo, muy pocos lograron cumplir el deseo de ver a España libre del franquismo.
El 25 de agosto de 1944, el general De Gaulle se dirigía al pueblo de París desde el balcón del Ayuntamiento, en un discurso que ha quedado para la posteridad: «¡París, París ultrajado, París quebrado, París martirizado pero París liberado! Liberado por sí mismo, liberado por su pueblo con la ayuda de los ejércitos de Francia”.
El general de la «grandeur», orgulloso del resultado de la contienda, siempre gestual y grandilocuente, olvida mencionar a aquellos republicanos españoles que, horas antes, habían sido los primeros “libertadores” en llegar al centro de la capital, hacia las 21h30 de la noche del 24 de agosto de 1944.
El autor de “La Nueve”, el diseñador valenciano Paco Roca ha comentado a France 24: «¿Como podría haber dicho De Gaulle que los primeros en entrar en París fueron unos comunistas españoles? Era algo impensable”. Por eso acabaron cayendo en el olvido de la historia francesa”. Decidió recuperar el episodio cuando conoció en París a dos supervivientes de aquella compañía: “Me di cuenta de que a través de La Nueve podía contar uno de los caminos del exilio, afortunadamente uno que tuvo un final glorioso”.
Bajo la dirección del capitán francés Raymond Dronne, quien bautizó su jeep con la leyenda «Muerte a los gilipollas (mort aux cons)», los soldados de La Nueve se entrenaron en Marruecos y luego embarcaron hacia Inglaterra. En los últimos días de agosto de 1944 llegaron a Francia junto con el resto de la 2ª Dividión Blindada Jeep. Tras luchar en Alençon y Normandía, finalmente se aproximaron a París al volante de sus vehículos blindados. Que la compañía del capitán Dronne fuera la designada por el general Leclerc para entrar la primera en la capital no fue una casualidad: “Los españoles de La Nueve habían aprendido a economizar el carburante durante la campaña de Túnez. Entregaban prisioneros alemanes a los soldados estadounidenses a cambio de carburante. Por eso, La Nueve era una de las pocas compañías que estaba en condiciones de rodar rápidamente hasta París”.
Una vez terminada la guerra, europea y mundial para la historia, esos soldados cayeron en el olvido y nunca pudieron cumplir lo que era su primer objetivo: acabar con el fascismo en Europa y después desembarazarse de Franco. La mayoría de aquellos hombres murieron en el exilio, sin regresar nunca a los lugares donde seguía estando su hogar”.
Setenta años después, dice France 24, “se va a reparar el error en parte. En París se va a rendir homenaje a La Nueve en una marcha conmemorativa desde la Porte d’Italie, siguiendo los pasos de aquellos carros, hasta el Ayuntamiento –que hoy dirige la franco-española Anne Hidalgo-, donde asistirá a la ceremonia Rafael Gómez, uno de los supervivientes de aquel día”.Los surcos del azar
- Ediciones Astiberri
- Colección Sillón Orejero
- Cartoné, 17 x 24 cm, Color.
- 328 páginas, 25 euros.
- ISBN: 978-84-15685-36-4
Ver la pelicula «¿Arde Paris?» e ir parando el vídeo al paso de los blindados antes y después de cruzar un puente sobre el Sena. Verán algunos de los nombres.
‘Los surcos del azar’ es un auténtico ‘novelón’ gráfico. Con tu permiso, Mercedes, me gustaría invitar a tus lectores a leer mi reseña:
http://despuesdelhipopotamo.com/2014/01/01/los-surcos-del-azar/
Un saludo cordial.