Las autoridades de Sudán prohíben material quirúrgico a Médicos Sin Fronteras

Médicos Sin Fronteras (MSF) informa que las autoridades de Sudán han procedido a prohibir el transporte de material quirúrgico vital a los hospitales de las zonas de Jartum controladas por las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR), poniendo en peligro la vida de cientos de personas, incluidos niños y mujeres.

La medida se aplica desde principios de septiembre y fue comunicada a MSF por las autoridades sudanesas el 2 de octubre 2023. El objetivo de la prohibición es impedir que los soldados heridos que se enfrentan al Gobierno puedan recibir tratamiento vital en la capital.

MSF advierte que prohibir el acceso al servicio médico no solo va en contra de las leyes internacionales de la guerra -a las que las Fuerzas Armadas Sudanesas (FAS) y las FAR se comprometieron en la declaración de Jeddah de mayo─, sino que, por su propia naturaleza, tendrá consecuencias mortales para la vida de los civiles, que también se verán privados de tratamiento.

«La prohibición es una táctica despiadada que probablemente causará la muerte evitable de cientos de personas en Jartum en las próximas semanas», explica Claire Nicolet, responsable de emergencias de MSF en Sudán.

«Dos tercios de las cirugías que hacemos en el hospital Turco son cesáreas. Sólo en los dos últimos meses hemos llevado a cabo 170. Sin esta intervención, muchas de estas mujeres y sus recién nacidos habrían muerto. Las parturientas que necesitan cesáreas ya tienen muy pocas opciones en Jartum. Si nos siguen denegando el permiso para traer material quirúrgico a nuestro hospital, pronto se quedarán sin ninguna opción».

Y aclara que cuando se trata de heridos de guerra, MSF trata a las personas en función de sus necesidades médicas. Negar a alguien el tratamiento que puede salvar su vida viola los valores de la ética médica, tanto si la persona estaba combatiendo como si quedó atrapada en fuego cruzado, afirma.

El 10 de septiembre, cuando el mercado de Gorro fue bombardeado, hubo 103 víctimas. De ellas, 43 personas perdieron la vida y sesenta heridos fueron atendidos en el hospital universitario de Bashair. Entre las víctimas había varias mujeres y niños.

Sin embargo, MSF se ha visto obligado a dejar de operar en este centro desde octubre debido a la prohibición, por lo que ahora el hospital Turco es uno de los pocos hospitales del sur de Jartum en los que hay un quirófano en pleno funcionamiento.

Tras dos incidentes con víctimas masivas los días 12 y 13 de noviembre, MSF recibió a 128 heridos en la sala de urgencias del hospital Turco. Ya se han efectuado varias intervenciones quirúrgicas, pero muchos pacientes siguen esperando para entrar a quirófano, y debido a la amplia demanda de atención médica, ya no quedan suministros suficientes en el hospital, ni siquiera para afrontar el próximo mes.

Si MSF no puede hacer entrar más suministros, el quirófano del hospital Turco también tendrá que cerrar sus puertas y no hay duda de que el número de víctimas mortales de esta guerra seguirá aumentando, ya que las mujeres, los niños y los hombres que precisan de cirugía para salvar sus vidas no podrán recibir el tratamiento necesario.

Además, la prohibición no sólo afecta al transporte de suministros. También se están denegando los permisos de viaje a los trabajadores humanitarios, incluidos los del personal médico. Aunque las autoridades no han hecho ningún anuncio oficial a MSF sobre este asunto, lo cierto es que ni un solo miembro del personal médico -sudanés o extranjero─ ha recibido autorización para viajar al sur de Jartum a trabajar desde principios de octubre.

A pesar de que las FAS se comprometieron en las conversaciones de Jeddah a permitir el paso de noventa camiones de suministros de ayuda a Jartum, hasta la fecha ningún convoy ha llegado a su destino. Los permisos de viaje para los camiones de MSF siguen bloqueados.

«Hay suministros y personal de MSF listos y esperando en Wad Madani, a menos de doscientos kilómetros de Jartum», prosigue Nicolet: «Las FAS están bloqueando activamente la prestación de atención médica a la población de su capital. Aunque muchos departamentos del gobierno sudanés, organizaciones internacionales y misiones diplomáticas implicadas en la crisis sudanesa han sido informados de la prohibición, aún no han hecho nada al respecto. Esta despiadada decisión de dejar que las parturientas sufran, y que algunas mueran, como efecto secundario de la inhumana política de hacer que los combatientes heridos se desangren hasta morir es espantosa y debe ser revocada».

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