El tema de portada del número de diciembre de El Viejo Topo lo ocupa un artículo muy interesante de Higinio Polo sobre las bicicletas como vehículo de resistencia, bien fuera contra el nazi-fascismo en periodo de guerra (los nazis las llegaron a prohibir en Roma), bien en pro de un planeta más aireado, como en nuestros días, aunque en muchas ciudades falte mucho por avanzar en carriles bici.
Eduardo Luque se pregunta en el texto que abre la publicación si el Deutsche Bank será el nuevo Lehman Brothers, ante la segunda fase de la crisis/estafa que se nos vienen encima, con nuestras pensiones acaso como objetivo de los depredadores financieros.
Patricia Castro recuerda en Ocho apellidos catalanes, desde Cataluña, que la guerra de Yugoslavia empezó atizando el odio desde los medios públicos. Hasel París Álvarez ve relaciones entre Diego Fusaro y Errejón pues uno y otro buscan el encaje de la soberanía nacional en la soberanía popular. Salvador López Arnal ofrece una larga entrevista con el profesor Andrés de Francisco en torno a su libro Visconte y la decadencia.
Lucía Manuel Roca hace memoria histórica con los constructores del Valle de los Caídos, a propósito de la exhumación del dictador, y yo me permito prolongar el tema con un artículo sobre el arresto y muerte de Miguel de Unamuno en Salamanca, tras su enfrentamiento con el general felón Millán Astray, aprovechando el rebufo de la película de Amenábar «Mientras dure la guerra».
Complementan este número 383 de la revista una entrevista con César Ruiz Sanjuán sobre su libro Historia y sistema en Marx y un artículo de Antonio García Vila sobre Georges Simenon y Albert Cohen.
