En un contexto donde la población mundial está proyectada a alcanzar entre 9,4 y 10,2 mil millones para el año 2050, la gestión eficiente de los recursos se ha vuelto imperativa. Un informe de las Naciones Unidas en 2017 resalta la necesidad crítica de mejorar nuestros sistemas de gestión de recursos, advirtiendo que mantener nuestro estilo de vida actual podría requerir recursos equivalentes a casi tres planetas.
Una faceta crítica en esta gestión es el envasado. Aunque desempeña un papel significativo en la protección de productos y en la mitigación del desperdicio, también contribuye a los desafíos ambientales. La Unión Europea generó en 2021 alrededor de 84,3 millones de toneladas de residuos de envases, lo que representa un incremento del seis por ciento en comparación con 2020, según datos de Eurostat.
En la industria del envasado, el camino hacia la sostenibilidad comienza con el diseño y la selección de materiales, continuando a través de las fases de transporte, uso por parte del consumidor y concluyendo con el reciclaje de los materiales de envases para crear un sistema de circuito cerrado.
Un estudio elaborado por la Cátedra UNESCO de Ciclo de Vida y Cambio Climático señala diferencias significativas en la huella de carbono entre los Envases Reutilizables de Transporte (ERTs) y las cajas de cartón. Por ejemplo, en la fase de fin de vida, al transporta una tonelada de frutas y verduras, los ERTs emiten 70,1 kg de CO2 equivalente, mientras que las cajas de cartón emiten 6.671,6 kg de CO2 equivalente. Esto implica que la proporción de la etapa de fin de vida en la huella de carbono de las cajas de cartón es casi un 94 por ciento mayor que la de las ERTs.
La utilización de ERTs, por tanto, emerge como una solución más sostenible, contribuyendo significativamente a la reducción del desperdicio, la huella de carbono y los impactos del cambio climático.
La transición hacia prácticas de envasado sostenibles es fundamental para responder a los desafíos medioambientales actuales y futuros. Mientras la población mundial sigue creciendo y los recursos se vuelven más escasos, soluciones como los ERTs ofrecen un camino viable hacia un futuro más sostenible.
El Objetivo 12 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU, que busca promover patrones de consumo y producción sostenibles insta a las industrias y consumidores a priorizar el reciclaje y la reducción de residuos, apoyando a los países en desarrollo en la transición hacia prácticas de consumo más sostenibles.
Es esencial considerar cómo gestionamos los residuos resultantes para lo que las compactadoras de residuos pueden desempeñar un papel vital en muchas industrias, ya que facilitan la separación y el procesamiento de materiales reciclables, asegurando que menos residuos terminen en vertederos y más se reintegren en la cadena de producción.
Principalmente, lo que hacen es reducir el volumen de desechos generados por envases, ya sean reutilizables o de un solo uso. Al comprimir los materiales, se reduce la frecuencia de recolección y transporte de residuos, disminuyendo así la huella de carbono asociada con la gestión de residuos.
