Los fantasmas de la sola neurona masculina atacan de nuevo con el rechazo al nombramiento de Gala León como capitana del equipo español de la Copa Davis. No hace falta retotraerse mucho en la hemeroteca para buscar el precedente triunfal en la lucha por la igualdad de derechos de la mujer que protagonizara Concepción Rodríguez Valencia, a quien el Tribunal Constitucional reconocía en 1996 su derecho a trabajar dentro de la mina, después de que esta mujer asturiana de complexión física fuerte hubiera solicitado sin éxito en 1985, con 35 años, su ingreso en Hunosa.
«Hazte socia.» CFI Alicante
El nefasto eslogan de los años sesenta que sostenía que la mina, como el coñac, es “cosa de hombres” se extiende ahora al tenis con un argumento tan machista como el del vestuario –que, por lo que se ve, algunos entienden, obviamente, como “desnudario” previo a alguna orgía desmadrada y no como un lugar más normal de trabajo en la carrera de los deportistas de la raqueta–.
Otra “perla”, esta ya de rematado mal gusto machista, fue la que corrió la semana pasada por las redes sociales. Se trata de una ilustración que muestra a una mujer de escote generoso dibujada en el más puro estilo “Playboy” para captar socias (¡?) para el CFI Alicante insinuando que haciéndote socia del citado equipo te pondrás “así de guapa”.
Obviamente, el malhadado anuncio no va puede ir dirigido en ningún caso a mujer alicantina normal alguna. Porque, a ver, ¿por qué vía se iba a poner “así de guapa” por el mero hecho de hacerse socia de un club de fútbol? Y aun en el más improbable caso de que así fuera, ¿a qué diablos vendría a cuento esa estética playboyana de anuncio de contactos?
El anuncio –de cuya autoría la directiva del club se ha desmarcado, alegando que fue idea de un socio a título particular que corrió a colgarlo en Facebook– no tiene otro destinatario que sola neurona masculina de la que muchos hombres, por lo que vemos, continúan instalados cada vez que ven a una mujer.
Habrá que pedir a los partidos políticos que apoyen una campaña de divulgación de las neuronas, esas células especializadas que habitan en muchos más sitios del cuerpo humano que en el “cerebro inferior” masculino y cuya función es coordinar las funciones de los animales –en nuestro caso, homo sapiens, no solo “homo fornicator”–.
En fin, que el machismo como enfermedad mental sigue instalado en esa parte obsoleta y desde luego totalmente prescindible de la sociedad española para quienes la mujer es un objeto, un trozo de carne con dos tetas que anuncia sexo fácil.
