Seis universidades madrileñas están desarrollando el proyecto Madrid Sin Barreras para favorecer la inclusión de las personas con discapacidad. En él, analizarán las normativas de accesibilidad en la educación, el empleo, la movilidad y la participación con el objetivo de mejorar la regulación ya existente.
Este proyecto está financiado por la Comunidad de Madrid y el Fondo Social Europeo. Tendrá una duración de tres años y estará dirigido por el profesor, Rafael de Asís de la UC3M. Además, participarán investigadores de las universidades de Alcalá, Autónoma de Madrid, Uned, Politécnica y Pontificia de Comillas-ICADE.
“Se trata de un proyecto abierto a la sociedad que pretende integrar a todas las personas interesadas y formar a nuevos especialistas en discapacidad, accesibilidad universal, ajustes razonables y apoyos”, explican desde el IDHBC (Instituto de Derechos Humanos Bartolomé de las Casas»
Asimismo se emplearán las denominadas Clínicas Jurídicas, que permitirán recibir notificaciones de casos de denuncias y situaciones de posibles discriminaciones para poder abordarlas. De esta manaera, el proyecto se nutrirá de casos de estudio para construír una teoría sólida sobre los derechos de las personas con discapacidad.
El equipo investigador ya está trabajando en la primera fase del proyecto y analizan con éxito el III Plan de Acción para Personas con Discapacidad de la Comunidad de Madrid, (2012-2015) y elaboran un marco para el diseño de un nuevo plan.
Los problemas de discriminación existen en la discapacidad y dependiendo de qué tipo son mayores o menores. Este ha sido uno de los resultados obtenidos en el I Congreso Internacional del proyecto Madrid Sin Barreras, celebrado el pasado mes de mayo en la UC3M, centrado sobre todo en el eje sobre el que se desenvuelve todo el sistema de derechos de las personas con discapacidad; accesibilidad, diseño adaptado, etc, etc.
“Estas personas se enfrentan a problemas de discriminación que se producen en muchos niveles, aunque el más relevante tiene que ver con la manera en que la sociedad entiende la discapacidad. Lo que más se necesita, además de cambiar algunas normas, es concienciar y sensibilizar para que se comprenda la diversidad de estas personas y que pueden interactuar en la sociedad de la misma manera que lo hacemos las personas que en teoría no tenemos ninguna discapacidad.
No olvidemos que la accesibilidad es condición para el disfrute de los derechos y criterio para evaluar la discriminación de las personas con discapacidad”, señala comenta Rafael de Asís, responsable del grupo «Derechos Humanos, Estado de Derecho y Democracia» del Instituto de Derechos Humanos Bartolomé de las Casas (IDHBC).
